Los premios Gotham, el banderazo de salida de la temporada de premios en Estados Unidos, reconoció anoche Una batalla tras otra, de Paul Thomas Anderson, como la mejor película del año. Sin embargo, la gran sorpresa de la gala la dio el cineasta iraní Jafar Panahi con Un simple accidente. La película, ganadora de la Palma de Oro del pasado festival de Cannes y que denuncia la violencia iraní contra ciudadanos inocentes, se alzó con tres reconocimientos: mejor filme internacional, dirección y guion. La única baza española era Oliver Laxe, nominado como mejor realizador por Sirât, drama protagonizada por Sergi López que representa a España en los Oscar y que obtuvo el premio del Jurado en el certamen francés.
Maya Rudolph y Paul Thomas Anderson en los Premios Gotham
La ceremonia de los Gotham se convirtió en un homenaje al cine de Panahi, que horas antes había sido condenado en ausencia a un año de prisión por propaganda contra el sistema por parte de un tribunal revolucionario iraní. “Este premio pertenece a todos los que trabajaron conmigo en esta película. Quiero dedicar este premio a los cineastas independientes de todo el mundo... Espero que esta dedicatoria se considere un pequeño homenaje a todos los cineastas que, privados del derecho a ver y ser vistos, siguen creando y existiendo”, manifestó el director de cintas laureadas como Taxi Teherán o Los osos no existen.
Paul Thomas Anderson, que recogió el premio a mejor película, agradeció al público que hubiesen disfrutado de Una batalla tras otra, a los votantes por haberla elegido y reconoció que se lo pasó “genial haciéndola”. El resto del palmarés reconoció a My father’s shadow, envida por Reino Unidos a los Oscar, con dos galardones: mejor director revelación para Akinola Davies Jr. Y mejor actor protagonista para Sopé Dìrísù. Pillion, triunfadora solo unas horas antes en los premios del cine independiente británico, los BIFA, abrazó el premio al mejor guion adaptado.

