La rueda de prensa que Joan Manuel Serrat dio ayer en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara (México) tuvo también algo de multitudinario encuentro con fans: más periodistas de pie que sentados (no se cabía en la sala), algunos de ellos tan emocionados por ver a su ídolo que hacían un esfuerzo por evitar que la voz les temblara, varios que repasaron sus vínculos sentimentales con las canciones del Nano, una historia que se retrotrae a varias generaciones, recuerdos personales de reporteros venidos de toda Latinoamérica, aplausos como si nos encontráramos en un teatro... Y es que, amigos, Serrat es Serrat, tanto en Poble Sec como en Jalisco.
El cantante es -con permiso de Eduardo Mendoza y Javier Cercas- la gran estrella de la delegación barcelonesa en esta FIL. Una feria del libro entregada a un artista que ha hecho de la literatura una fuente de inspiración para sus canciones y que siempre ha dedicado gran parte de su tiempo a leer. ¿Por qué ha venido a la FIL?, le preguntaron. “Porque quería, Barcelona es la invitada de honor y, si no me hubieran invitado ellos, me habría invitado yo mismo”, respondió, para proseguir: “Soy barcelonés, nací en un barrio cerca del mar y de la montaña, un barrio obrero de población mayoritariamente emigrante, antes procedente de una parte de España y hoy mayoritariamente latinoamericana y con mucha gente de países árabes también, gente que viene a ganarse la vida, a buscar una tierra mejor para sus hijos. El barrio ha sido siempre mi argumentario”
El hombre que ha musicado la palabra de tantos poetas afirmó que su intención nunca fue divulgar la obra de esos escritores (de Machado a Benedetti, pasando por León Felipe, Carner, Pere Quart, Cernuda, García Montero, Neruda...) Sino que “al leerlos, sentía que había canciones muy bellas ahí dentro, así que me atreví a ponerles música. Miguel Hernández está muy sujeto al ritmo de la canción popular, en sus versos hay mucha seguiriya”.
A preguntas de un periodista chileno, evocó el dolor que supuso para él “y para todo un pensamiento de progreso y esperanza en el mundo” el golpe de Estado de Pinochet contra Salvador Allende en 1973. Recordó cómo, en 1988, al aterrizar en el aeropuerto de Pudahuel para participar en la campaña del plebiscito sobre la continuidad del dictador en el poder, las autoridades no le permitieron descender del avión: “Me volvieron a sentar en mi plaza y me enviaron a Buenos Aires. Fui al baño y, desde allí, grabé un mensaje”.
También tuvo palabras de elogio hacia México, el país que lo acogió en 1976 por sus problemas con la censura española: “Fue mi casa cuando se me cerraron las puertas de la mía. Caí en la familia Taibo, donde los exiliados nos contábamos las cuitas mientras comíamos tortilla de patatas, croquetas y paella. Los hijos de aquel exilio han entendido muy bien quién son, de dónde vienen y a qué se deben”.
Se mostró reacio a aceptar la palabra 'jubilación', “que es muy fea, tanto como 'retiro'. Simplemente, hace algo más de dos años, he dejado de subirme a los escenarios, sobre todo por la exigencia que suponen las giras. No siento otra añoranza que la de perderme por el mundo y compartir con la gente, pero por eso estoy aquí ahora. Tengo otras ventajas, muy cercanas a mis íntimos”.
“La IA no me produce ningún espanto, lo que me asusta es el uso que algunos le dan, pero es que me sucede lo mismo con la televisión”
Sobre la juventud, afirmó: “Eso que dicen que si te sientes joven lo eres, no sé... Diferentes partes de mi anatomía se niegan a responder positivamente. Cuando eres joven, eres fuerte, eres bello, pero es un estado temporal de la vida, relativo y provisional”. “A mí no me molesta ser viejo -prosiguió-, sino el trato que se le da a los viejos, tan desagradable y paternal, eso de 'quédese aquí sentadito'”.
Preguntado por las amenazas de la tecnología, respondió: “La IA no me produce ningún espanto, lo que me asusta es el uso que algunos le dan. Me sucede lo mismo con la televisión, lo que me horroriza es lo que a veces la televisión me ofrece. Pero nunca critico la tecnología, siempre la ha habido, el tenedor es una tecnología”.

