Cuando los hermanos Adriano, Marcello y Bruno Ducati fundaron en 1926 una sociedad empresarial para la fabricación de componentes de radio, cámaras de fotos y maquinillas eléctricas de afeitar, entre otros objetos, no hubieran creído que casi un siglo después su apellido estaría ligado a la escudería de motos más importante del momento, el anhelo actual de todo piloto de MotoGP. Tampoco hubieran imaginado que su linaje lo iba a defender sobre el asfalto Marc Márquez, ocho veces campeón del mundo, uno de los mejores de la historia y la guinda tras décadas buscando la excelencia.
El de Cervera será presentado este lunes con el equipo italiano, tras casi un siglo de la empresa creada por los hermanos Ducati
Aquella primera iniciativa de los tres boloñeses tuvo tanto éxito que nueve años después se expandieron con una nueva factoría en Borgo Panigale, ahora la sede del equipo italiano. Un bombardeo aliado en la II Guerra Mundial hizo añicos el recinto y de aquellas cenizas surgió el germen de la posterior pasión por el motociclismo. Motivado por la necesidad de reconstrucción del país y la empresa, comenzó la fabricación de pequeños motores. Primero para bicicletas, después para ciclomotores, con el nacimiento de la Ducati Cucciolo, la primera creación completa de la marca, y finalmente de motocicletas, algunas de ellas producidas en los primeros años en Barcelona.
La moto de Stoner fue desarrollada en parte por Checa y Gibernau; Lorenzo, el español que ha ganado con Ducati
La entrada de Giuseppe Montano como director general hizo virar el negocio hacia las pruebas deportivas y la contratación del ingeniero Fabio Taglioni provocó el despegue de Ducati en las carreras. Después llegó el primer triunfo en el Mundial de velocidad, de Alberto Gandossi en 1958, y el paso por la escudería del nueve veces campeón del mundo Mike Hailwood. Ricardo Fargas, Salvador Cañellas y Benjamín Grau, con sus triunfos en las 24 horas de Montjuïc entre los años 60 y 80, fueron los primeros españoles que dejaron su huella antes de que Ducati se convirtiera en una potencia en el campeonato de Superbikes.
Perdía aceite y decía ‘dónde me he metido’. Aquel año fue el desarrollo más bestia de una moto Ducati”
Pero no fue hasta el 2003 cuando la marca dio el salto definitivo a la categoría reina del Mundial. “Perdía aceite y decía ‘dónde me he metido’. Iba todo más a la italiana. Con los japoneses, en Yamaha, era todo más metódico y consensuado. Allí era más rápido, se probaba a ver qué pasaba. Tengo muy buenos recuerdos”, explica a este diario Carlos Checa, que en 2005 fue el primer español que se subió a una Ducati oficial en MotoGP. El catalán explica que aquel año “probablemente se hizo el desarrollo más bestia en la escudería” y desmiente el mito de moto indomable que arrastra la Desmosedici: “No era incontrolable, al contrario, aunque todo es complicado cuando tienes 250 cv en 10 cm de neumático”. Al final de su único curso en el equipo, muy a su pesar, Checa se quedó con la satisfacción de “haber dejado una moto ganadora” tras firmar dos podios en las últimas carreras de la temporada.
“El primer día dije que tenía como retos ganar la primera carrera y crear una moto para ganar el título en 2007”
El trabajo del de Sant Fruitós de Bages lo siguió el siguiente año otro español, Sete Gibernau. “El primer día les dije a todos los trabajadores que tenía como retos ganar la primera carrera en Jerez y que durante la temporada haríamos una moto para ganar el título en el 2007”, indica a La Vanguardia el expiloto barcelonés. Gibernau no pudo cumplir con su primera promesa en la catedral, ya que “la palanca del cambio perdió una tuerca y se desmontó”, y ese infortunio le pesó: “Ese día, sin yo aún saberlo, me retiré. Mi cabeza no supo gestionarlo”.
“Me faltó ganar antes una carrera y ahora tendría otro Mundial; el estilo de Márquez es perfecto para la Ducati”
El catalán, que guarda “un gran recuerdo” de Ducati, anunció poco después su firme decisión al equipo de no acometer su segundo año de contrato, pero junto a la escudería trabajaron “como locos” para cumplir el segundo objetivo. “Sacamos al circuito la moto el lunes después del GP de Motegi en Japón. Se confirmó, esa moto podía ganar el Mundial”, sentencia. Y así fue. Casey Stoner, con una temporada magistral, tras 10 triunfos en 18 carreras, recogió los frutos en 2007 y logró el primer título del equipo en MotoGP.
Tras aquel éxito, Ducati cambió el chasis de la moto, con un concepto arriesgado fuera de lo habitual, y esa osadía la pagaron con resultados más discretos pilotos campeones como el propio Stoner, el desaparecido Nicky Hayden y el mismísimo Valentino Rossi. También Jorge Lorenzo en 2017 y 2018. “La experiencia fue buena. Había perdido la motivación y la recobré en Ducati, a pesar de que tardé más de un año en ganar. El equipo era muy apasionado. Hasta el último segundo quisieron darme la mejor moto, incluso cuando sabían que me iba a Honda”, comenta el mallorquín a este diario.

Marc Márquez, en el test de Barcelona con la Ducati.
El triple campeón de MotoGP recuerda una “moto muy nerviosa”, todo “potencia, aerodinámica, frenada y aceleración, pero que perdía mucho en el paso por curva”. “Me costó entenderlo, porque quería pilotarla como una Yamaha. Fue una pena no adaptarme antes. Faltó ganar antes y seguramente ahora tendría algún otro Mundial”, sentencia el expiloto, ganador de tres carreras con la Ducati, ahora “una moto supercompleta y casi perfecta” mejorada por el ingeniero “perfeccionista” Gigi Dall’Igna.
Ayudado por el pionero sistema abassatore, que achata la moto durante la vuelta, Pecco Bagnaia aprovechó todos esos años de búsqueda, de prueba y error, con la conquista de dos títulos, en 2022 y 2023. Ahora, su rival está en el box de al lado. “El estilo de Márquez es perfecto para la Ducati, es un gran frenador. Le viene como anillo al dedo”, opina Lorenzo. “Será interesante. Sobre todo, ver cómo va a gestionar el equipo los roces inevitables entre los pilotos. Van a tener que hacer más trabajo psicológico”, expresa Gibernau. Más claro es Checa: “Marc le ha ganado antes de empezar, se llevará el Mundial”. El kilómetro cero de este duelo, el culmen de la historia de Ducati, empieza este lunes en Madonna di Campiglio (Italia) con la presentación del nuevo tándem, sin duda los rivales que batir.