A 75 kilómetros de la meta, se juntan los dos grupos de escapados en cabeza de carrera. Eso quiere decir que hay 52 ciclistas, un tercio del pelotón, en fuga. Entre los que se han marchado no hay ni un solo integrante del equipo Israel-Premier Tech, que es el único de los 23 participantes en la carrera que no mete ningún corredor en la escapada. El Movistar, por ejemplo, cuela cinco. El UAE, una máquina de ganar –ya van cinco victorias etapas–, sitúa a Marc Soler y Juan Ayuso.
El catalán se sacrificó en la Collada de Brenes para que el alicantino rematase en Los Corrales de Buelna y repitiese triunfo, por delante de Javier Romo. “Ya sabéis que está siendo una Vuelta un poco extraña para mí pero cuando me subo a la bici intento mantenerme al margen de lo que pasa a mi alrededor”, afirmó el ganador, tras la rescisión de su contrato y sus críticas al UAE.
Tres días después de romper con el UAE
“Está siendo una Vuelta un poco extraña pero cuando me subo a la bici intento mantenerme al margen”, declaró el ganador
No fue casual el vacío del Israel. Después de la fuerte protesta propalestina y contra la participación de la escuadra israelí en Bilbao, que obligó el miércoles a cancelar la meta y dejar la etapa sin ganador, el Israel opta por un perfil bajo pero se mantiene dispuesto a llegar a Madrid y acabar la Vuelta a España. “No tenemos ninguna duda de que vamos a seguir en carrera”, anunció Óscar Guerrero, uno de sus directores, que defiende que están haciendo su trabajo. “Me he hartado a decir que somos un equipo deportivo que hemos venido a competir y estamos compitiendo”.
Pasado Navarra y abandonado el País Vasco, dos de los territorios con más tradición contestataria, el Israel sabe que se encuentra en el centro del huracán aunque revelan que la organización de la carrera no les han pedido nada ni mucho menos abandonar. “La organización no ha hablado conmigo. Les entiendo que no es bonito perder un final de etapa como el de Bilbao. Todo el respeto hacia ellos porque nos están ayudando, ellos y las policías”, explicó.
La Vuelta tiene las manos atadas ya que el reglamento de la Unión Ciclista Internacional (UCI) dice que los 18 equipos del World Tour y los dos conjuntos ProTeams con más puntos en el ránking del año anterior tienen asegurada su presencia en las tres grandes del calendario: Giro de Italia, Tour de Francia y Vuelta a España. El Israel-Premier Tech no está en la primera división pero sí que pertenece al segundo grupo y, junto al Lotto, se ha ganado una invitación blindada.
El equipo, que hace días ha quitado todos los rótulos con el nombre del país hebreo del autocar para evitar escraches, ni siquiera participó en la ceremonia de salida en la 12.ª etapa, en Laredo. El resto del pelotón subió al escenario para saludar al público. Pero los siete ciclistas que le quedan al Israel prefirieron no hacer acto de presencia para ahorrarse nuevos momentos de tensión. “A los chicos les cuesta levantar la cabeza y motivarse”, desvela Guerrero el sentir en el seno de la estructura.
Después de la protesta de Bilbao
El Israel-Premier Tech no participa en la presentación de Laredo y no mete a ningún ciclista en una escapada de 52 unidades
Este es el quinto año consecutivo que el Israel participa en la Vuelta pero la primera desde que empezó la guerra contra la Franja de Gaza. A la espera del Angliru (este viernes) y La Farrapona (el sábado), el conjunto tiene al estadounidense Matthew Riccitello undécimo de la general, a 3m11s de Vingegaard, y está peleando el maillot verde con el velocista británico Ethan Vernon.
“No podemos decir que nos vamos. Estamos hablando de 180 familias que estamos comiendo de esto. Si decimos que nos vamos de aquí, sabemos que en cada carrera a partir de ahora seríamos el objetivo. Sería el cierre del equipo”, argumentó Guerrero, que estos días ha recibido la visita de Sylvan Adams, el propietario de la licencia del equipo y amigo personal de Netanyahu. “Yo quería que viniese en el coche conmigo para que viese la realidad que estamos sufriendo día a día. Fue muy duro para él. Está triste porque ve la tensión que hay. Tendrá que ver cuál es el futuro del equipo”, lamentó, temiendo que haya consecuencias en en el apoyo económico.