El espacio familiar en Barcelona donde los adultos también se sienten parte: “Queríamos un lugar donde cuidar a los peques, pero también a los padres”
Menuts
Susan Henckell dejó su trabajo en banca para crear Menuts, un club familiar en Barcelona que combina juego libre, comunidad y calma para padres e hijos

Susan Henckell y Cristhian Ramírez, los fundadores de Menuts
Dejar una carrera estable para lanzarse al vacío del emprendimiento no es una decisión fácil, y menos cuando hay una familia de por medio. Pero eso fue exactamente lo que hizo Susan Henckell, fundadora de Menuts junto a su pareja, Cristhian Ramírez, un espacio familiar ubicado en el barrio de Sants-Les Corts, en Barcelona. Después de años trabajando en banca, un cambio vital —la maternidad— la llevó a repensar sus prioridades y a imaginar una forma diferente de conciliar. “La maternidad me hizo replantearme muchas cosas: las prioridades, el tiempo y el tipo de entorno que quería para mi hijo”, reconoce Susan Henckell. Aquella reflexión sería el punto de partida de una nueva aventura.
La maternidad me hizo replantearme muchas cosas: las prioridades, el tiempo y el tipo de entorno que quería para mi hijo”
Menuts nació en mayo de 2025 tras una necesidad personal compartida con su pareja: crear un lugar donde los niños pudieran jugar libremente, pero donde también los padres y madres se sintieran parte del espacio. “Nos dábamos cuenta de que había muchas opciones pensadas para los peques, pero ninguna que también tuviera en cuenta a los adultos. Así que decidimos crearla nosotros”, explica. Así surgió la idea de un club familiar que combinara ocio, descanso y comunidad.

El resultado es un espacio que rompe esquemas: una cafetería ambientada como un salón de casa, con sofás, butacas y mesas grandes donde las familias pueden conversar, leer o trabajar mientras los pequeños juegan en un entorno seguro y diseñado con mimo. “Queríamos que los padres también tuvieran su lugar, que pudieran disfrutar de un buen café, sentirse cuidados. No solo venimos a que los niños se diviertan; aquí todos necesitamos desconectar”, señala Susan Henckell.
No solo venimos a que los niños se diviertan; aquí todos necesitamos desconectar”
En Menuts todo está pensado con calma: los materiales, los colores, la música, los juguetes. La filosofía se basa en el juego libre, en dejar que los niños exploren y decidan a su ritmo. “Cada rincón tiene un porqué. Muchas de las cosas que hay aquí están inspiradas en lo que disfrutaba mi hijo a medida que ha ido creciendo. No hay nada escogido al azar”, cuenta con una sonrisa.
La cafetería, con su aroma a café recién hecho y su ambiente de hogar, se ha convertido en el corazón del lugar. “Nos gusta decir que Menuts no es un sitio para pasar, sino para estar”, afirma. Y no es solo una frase: muchas familias repiten semana tras semana, y entre ellas han nacido amistades. “Ver que se saludan por su nombre o que una madre vuelve con su bebé recién nacido para presentárnoslo es algo que emociona profundamente. Te das cuenta de que lo que haces tiene sentido”, añade.

Además del área de juego y la cafetería, Menuts ofrece eventos personalizados —cumpleaños, baby showers o bautizos— y talleres creativos y actividades familiares a lo largo del año. Todo se adapta a cada familia, desde la decoración hasta los detalles. “Nos gusta que cada celebración tenga alma y refleje el estilo de quien la vive”, dice Henckell.
Abrir el espacio a reuniones corporativas, talleres o desayunos de empresa
Pero el proyecto aspira a ir más allá del ámbito familiar. Susan Henckell quiere aprovechar las mañanas —cuando los niños están en el colegio— para abrir el espacio a reuniones corporativas, talleres o desayunos de empresa en un entorno más cercano y distendido. “Nos gustaría que las empresas vieran Menuts como un lugar diferente, donde poder reunirse o compartir un rato fuera de la oficina, con calma y cercanía”, explica. Además, les gustaría abrir esta línea también a empresas que quieran ofrecer Menuts como detalle o beneficio para las personas de su plantilla que acaban de ser madres o padres. “Regalar tiempo y bienestar en familia nos parece una forma bonita de cuidar a las personas desde la empresa”, detalla. Esa idea, que todavía está en fase de desarrollo, forma parte de la visión de futuro del proyecto, dar nuevos usos al espacio sin perder su esencia familiar y acogedora.
El camino no ha estado exento de desafíos. Susan Henckell reconoce que equilibrar la pasión con la gestión ha sido una de las partes más difíciles del proceso. “Menuts tiene un alma muy emocional, pero detrás hay una estructura real: horarios, proveedores, costes, comunicación… Ha sido un aprendizaje constante convertir una idea bonita en un proyecto sostenible sin perder la esencia”, confiesa.

Saber que las familias se sienten bien aquí, que los niños crecen viniendo desde bebés, me recuerda que todo ha valido la pena”
Hoy, medio año después, el balance no podría ser más positivo. El feedback de las familias ha sido “un chute de energía brutal”, dice. “Saber que las familias se sienten bien aquí, que los niños crecen viniendo desde bebés, me recuerda que todo ha valido la pena”.
De cara al futuro, Susan Henckell tiene claro que esto es solo el comienzo. Quiere seguir ampliando la oferta de actividades, reforzar la parte corporativa y mantener el espíritu que ha hecho de Menuts un espacio único. “Emprender no es fácil, pero cuando haces las cosas con coherencia y cariño, el proyecto acaba encontrando su lugar”, afirma convencida. Y concluye con una frase que resume su filosofía de vida y de empresa: “He aprendido que el cambio es posible, aunque dé miedo. Cuando algo te vibra por dentro, vale la pena escucharlo.”
Lecciones de Vanguardia
Susan Henckell, fundadora de Menuts
“Que se atrevan a crear algo que tenga sentido para ellos. Emprender no es fácil, exige equilibrio entre pasión y gestión y mucha paciencia, pero cuando haces las cosas con coherencia y cariño, el proyecto acaba encontrando su lugar y eso, sentir que construyes algo real y con alma, lo compensa todo”.
