Belén Esteban es uno de los rostros más conocidos de la televisión en España. Su carácter y sus vivencias le han hecho ganarse el cariño de muchos, pese a tener también una base sólida de detractores. Y, aunque había recuperado la sonrisa tras el abrupto final de Sálvame, la de Paracuellos no ha dudado en mostrar su descontento con su nueva etapa en televisión.
“A ver yo no voy a mentir, de primeras no me gusta el formato, con todo mi respeto a mis compañeros. Los temas no me gustan ninguno, los han tocado todas las cadenas antes de nosotros, la gente está harta de Terelu”, expuso en directo, afirmando que quería irse de La familia de la tele.
En bache profesional que hizo que cayese en una espiral de negatividad que, a su vez, hizo que se derrumbase en el plató al no poder aguantar más la situación. Y es que nunca se ha cortado a la hora de hablar abiertamente de los problemas por los que pasa, de la misma forma que no duda en pronunciarse sobre su propia salud mental.

Belén Esteban en 'Ni que fuéramos Shhh'
Belén Esteban ha acudido al podcast Una caña con y ha querido recordar lo mal que lo pasó durante su batalla judicial y mediática contra Toño Sanchís. “Yo tenía un representante que me robó lo más grande y, para mí, era como un hermano”, ha sentenciado, reconociendo que llegó a echarle de menos al principio.
Tal fue el golpe que se llevó, que necesitó de la ayuda de su entorno para poder superarlo: “Mi marido Miguel me ha ayudado mucho a saber gestionarlo”. Aun así, hubo algo fundamental en todo ese proceso: la ayuda psicológica.
Belén Esteban: “No entiendo es que haya gente que me siga para meterse conmigo”
“A mí me costó mucho ir a la psicóloga, pero me vino muy bien. Recuerdo que las primeras veces me recibía con una caja de kleenex porque yo lloraba y lloraba y no hablaba”, ha reconocido, poniendo en valor la ayuda que le ha proporcionado ir a terapia en los peores momentos de su vida.
Y es que si hay algo que ha sabido mejorar gracias a la psicología es saber gestionar las situaciones de estrés. Entre otras cosas, ha afirmado que al ser tan impulsiva, ha necesitado de ayuda profesional y de su entorno para poder conseguir un poco de calma.
Una de las cosas que ha tenido que aprender con el paso del tiempo es a gestionar el odio en redes sociales. Algo que ha podido controlar mentalmente. “Yo antes bloqueaba, pero ya no, me da igual. Porque es gente con cuentas falsas. Yo lo que no entiendo es que haya gente que me siga para meterse conmigo”, ha sentenciado.