Jennifer Aniston ha confesado que las alfombras rojas no son un lugar en el que se sienta cómoda. En una conversación con la revista Glamour reconoció que, aunque suele acudir a galas como los Globos de Oro o los Emmy, siempre lo hace con cierta tensión.
La actriz explicó que esas apariciones son “un juego mental” que muchas veces preferiría ahorrarse. “Sí, me han invitado, pero no voy. Me abruma”, señaló sobre el caso del Met Gala, uno de los eventos más exigentes de la moda.
El proceso previo le resulta agotador y no encaja con su estilo personal
La protagonista de Friends explicó que el esfuerzo previo es lo que más la desanima. “Es el prepararse, ponerse el vestido”, apuntó, dejando claro que su estilo personal va por otro camino. Ella misma lo resumió con sencillez: “Soy de vaqueros, sandalias y camiseta de tirantes”. Aunque disfruta arreglarse en determinadas ocasiones, describió todo el proceso como un desafío que le genera nervios.

La presión de los comentarios externos ha reforzado su distancia con algunos eventos
Ese malestar se acentúa por la exposición pública. Aniston admitió que nunca le ha resultado natural posar frente a los fotógrafos. Ya en una entrevista anterior para InStyle comentó: “No sé cómo colocarme en una alfombra roja, pero haces lo mejor que puedes”. Según explicó, los estilistas intentan guiar sus movimientos, pero a ella le resulta extraño.
Además, la actriz ha sufrido durante años la presión de los comentarios externos. “Algunas personas lo ven como un deporte en el que te hacen subir y luego disfrutan derribándote. ¿Cuál es la razón para hacerlo? Quién sabe. Intento ignorarlo lo máximo posible porque no te hace ningún bien”, reconoció en la charla con Glamour. Esa sensación ha alimentado la distancia que mantiene con ciertas citas sociales.
Aun así, no ha desaparecido de estos entornos. La intérprete sigue siendo una de las figuras más habituales en las grandes galas de Hollywood. En los Emmy de 2024 desfiló con un vestido plateado de Oscar de la Renta, y poco antes había elegido un diseño negro de Dolce & Gabbana para los Globos de Oro. Sin embargo, cuando llega el primer lunes de mayo y se celebra el Met Gala en Nueva York, Aniston prefiere mantenerse al margen. Esa es una alfombra que ha decidido dejar para otros.