Hace casi dos décadas que Madonna y Guy Ritchie decidieron continuar sus vidas cada uno por su lado, tras ocho años de matrimonio. La separación, muy mediática en su momento, se caracterizó por la batalla legal que disputaron durante ocho meses por la custodia de Rocco Ritchie, su hijo biológico, y David Banda, al que adoptaron poco tiempo antes de anunciar su divorcio.
Desde aquel momento, la diva del pop y el director de cine no compartieron espacio hasta el pasado 12 de diciembre, donde Rocco consiguió reunir a sus progenitores con motivo de una celebración muy especial para él. Con una publicación en su perfil de Instagram, el primer hijo de la expareja mostró su felicidad por la presencia de sus padres en la presentación de su nueva exhibición de arte titulada Talk is Cheap (Hablar es barato).
“Estoy orgulloso de quien soy, y aún más orgulloso de tener a mis padres juntos en una habitación apoyándome”, escribió el artista este pasado lunes, tres días después de celebrar la apertura de su exposición en un estudio-almacén en Soho, Londres. El reencuentro, inesperado cuanto menos, ha causado gran revuelo, puesto que el divorcio de los artistas fue muy complicado y doloroso para ambos.
Aunque fueran a dar apoyo a su hijo, ninguno de los dos padres acudió solo a la cita. Madonna (67) llegó al evento acompañada de su novio Akeem Morris (29) y, por su parte, Ritchie (57) asistió a la fiesta con su esposa Jacqui Ainsley (44) y su hija en común, Rivka, de 13 años. David Banda (20), hermano menor de Rocco (25), también hizo acto de presencia, junto con celebridades como Jake Gyllenhaal, Jason Statham y Rosie Huntington-Whiteley.
El desacuerdo entre el cineasta y la cantante se agravó cuando, con motivo de su separación, Rocco se vio obligado a repartir su tiempo entre Londres y Nueva York. Fue en 2015 cuando empezó el proceso judicial, que finalizó casi un año más tarde y se resolvió con el establecimiento definitivo de Rocco en la capital inglesa bajo la tutela de su padre.

