Después de Los Ángeles y Washington, Donald Trump ha anunciado que la próxima ciudad demócrata que llenará de militares en aras de la reducción del crimen es Memphis (Tennessee). Para ello, ha firmado un memorando presidencial con el que establece el Grupo de Trabajo para la Seguridad de Memphis, que estará liderado por la fiscal general, Pam Bondi, y constará de un contingente de soldados de la Guardia Nacional, agentes migratorios y de policía (incluidos los Marshals), así como del FBI, la Administración de Control de Drogas (DEA) y la Agencia de Alcohol, Tabaco Armas de Fuego y Explosivos (ATF).
“Este grupo de trabajo será una réplica de nuestros esfuerzos extraordinariamente exitosos aquí”, ha afirmado Trump sobre la capital estadounidense, donde antes del despliegue de la Guardia Nacional hace más de un mes el crimen ya se encontraba en su mínimo en tres décadas. El presidente ha asegurado que ya han intensificado las actividades del FBI en Memphis, ciudad mayoritariamente afroamericana, pero “ahora enviamos a la gran fuerza”, aunque no ha especificado cuando.
El republicano lo ha anunciado este lunes en un acto desde el despacho oval junto al gobernador de Tennessee, el republicano Bill Lee. A diferencia de Los Ángeles, donde envió a la Guardia Nacional sin la autorización del gobernador de California, Gavin Newsom, o de Washington, donde al tratarse de un distrito federal se pudo amparar en una cláusula que pone a esta fuerza militar bajo su control, en el caso de Memphis sí tiene la petición del gobernador.
Sin embargo, el alcalde demócrata de la ciudad, Paul Young, afirmó en una rueda de prensa el viernes que él no pidió el envío de la soldados y “no creo que sea la mejor manera de reducir el crimen”, aunque reconoció que Memphis tiene un problema evidente, pues es la ciudad con más delitos violentos en EE.UU. Aun así, destacó que gracias a sus medidas se han reportado progresos significativos: en los primero ocho meses del año, el crimen ha alcanzado un mínimo en 25 años y los homicidios un mínimo de seis, según informó la policía de Memphis días antes del anuncio de Trump.
“Este grupo de trabajo será una réplica de nuestros esfuerzos extraordinariamente exitosos en Washington”
El despliegue de la Guardia Nacional en Memphis será el primero en una ciudad de un Estado con un gobernador republicano. El presidente, que lleva semanas advirtiendo que hará lo mismo en Chicago, se ha encontrado allí una fuerte resistencia del gobernador demócrata de Illinois, J.B. Pritzker, y del alcalde Brandon Johnson. De momento, la Administración Trump ha incrementado la presencia de agentes migratorios en Chicago y hoy ha anunciado que, después de Memphis, “vamos a salvar Chicago”, pero “vamos a esperar un poco”. Poco después, ha mencionado San Luis, otra ciudad con altos índices de criminalidad en un Estado republicano, Missouri.
Los Ángeles, Washington, Memphis, Chicago y San Luis tienen alcaldes demócratas y poblaciones que votaron mayoritariamente a Kamala Harris en las últimas elecciones presidenciales. Todas ellas menos San Luis tienen alcaldes afroamericanos. Con estas medidas, que ponen a prueba los límites de su poder ejecutivo, Trump afirma que quiere reducir el crimen, pero también envía un mensaje a las demás ciudades demócratas del país y normaliza la presencia de militares armados en sus calles en contra de la voluntad de sus residentes.