De ser una “anomalía estadística en la encuestas”, como él mismo dijo para explicar que nadie le conocía hace un año, Zohran Mamdani, el hombre de moda y alcalde electo de Nueva York, se ha hecho omnipresente. Está en todas partes, en la metrópoli, en Estados Unidos y más allá de sus fronteras.
Por primera vez pueden festejar con todas las de la ley el cerca del millón de musulmanes que residen en la ciudad de los rascacielos, así como los originarios del sudeste asiático, donde tiene raíces familiares.
La islamofobia, que se disparó tras el 11-S, ha sido utilizada por sus rivales
Mamdani, nacido en Uganda (África) hace 34 años y trasladado aquí a la edad de siete, no será solo el primer alcalde musulmán, sino que lo será, además, en la ciudad que perdió a casi 3.000 personas en el atentado fundamentalista del 11-S del 2001, al caer las Torres Gemelas, y disparar la islamofobia que todavía perdura y que sus rivales han utilizado contra él.
Zohran Mamdani estrecha la mano de un taxista durante su campaña en el Upper East Side de Manhattan.
“Es un momento histórico e inspirador”, afirma Jannatul Ahmed, nacida en Queens, de 26 años. “Me refiero a la moral y la ética de un representante musulmán que concuerda con muchas de nuestras creencias. Diría que es increíble y, a la vez, es una gran esperanza”, recalca.
“La gente no sabe lo mala que es la islamofobia porque siempre estamos en el furgón de cola. Pero la plataforma de Zohran es alentadora por su diversidad y, si bien es musulmán, sus políticas buscan que sea más fácil vivir en Nueva York para los trabajadores, que sea menos estresante”, insistió.
En uno de sus restaurantes favoritos degusta pollo con arroz y, sí, Mamdani come con las manos
No hay que remontarse a noviembre del 2024, cuando empezó su campaña, con sus vídeos virales tan elogiados, para observar que a este miembro de la asamblea estatal le deban un 1% de posibilidades para hacerse con la vara de mando local.
Solo diez días antes de la primarias demócratas, celebradas a finales del pasado junio, era un desconocido para la mayoría que iba por las calles repartiendo folletos, ya con sea grafía y colorido tan particular, en los que aparecía trajeado y con corbata, como seña de identidad, y su frase de combate: “Zohran hace campaña al Ayuntamiento para rebajar el coste de la vida”.
El alcalde electo de Nueva York, Zohran Mamdani, orando el viernes en una mezquita de Puerto Rico
Entraba rápido a la conversación y si algún paseante miraba a otro lado, agitaba el panfleto y señalaba al de la foto: “Soy yo”.
Cuentan en su entorno que, en realidad, Mamdani solo perseguía incentivar un diálogo sobre los problemas reales de los neoyorquinos corrientes, no los que viven en mansiones o en pisos de lujo del Billonaire Row .
No creía tener opciones, pero ganó y provocó el gran seísmo en un partido desnortado tras la derrota ante Donald Trump y una ciudadanía atormentada por la política económica y migratoria de la Casa Blanca.
Mamdani come sus platos favoritos con las manos, algo que disgusta a los ultraconservadores
“Assalamu alaikum”, que la paz sea contigo responde en la bienvenida una sonriente Shamsun Rimi, propietaria del restaurante Boishakhi, en el barrio de Astoria (Queens), uno de los favoritos del vecino Mamdani. “Nos ha dado su apoyo en todo momento, mucho antes de las elecciones, y trataba de solucionar problemas”, sostiene la propietaria de este local abierto en el 2015. “Le creo y por eso voté a Zohran”, replica esta mujer que llegó a EE.UU. en 1997, trabajó en un banco y decidió que prefería ser su propia jefa.
Sus platos favoritos son los equivalentes al puré de patatas y el pollo con arroz, y sí, come con las manos, algo que tanto disgusta a los ultraconservadores de cuchillo y tenedor.
“Tiene una gran personalidad. Es joven pero sabe escuchar a la gente y hará las cosas lo mejor que pueda”, precisa.
“Estoy harta de que los cristianos de EE.UU. se crean superiores moralmente”, dice una joven blanca
De aquella anomalía a esta singularidad: el futuro alcalde de Nueva York, la sede de Wall Street, es el primer alcalde milenial en más de un siglo, demócrata socialista y musulmán. Es decir, lo tiene todo para asustar a los socios del establishment.
Como en todo, hay muchas excepciones. “Mamdani es una persona bien educada y ha trabajado duro por los asuntos que nos afectan a diario”, considera Robert Jackson, de 74 años y senador estatal, el primer musulmán que llegó a esa cámara. “Es un demócrata, pero habla de asuntos que nos impactan, de perder tu hogar, de cuidar a un niño, de no poder comprar comida”, reitera el senador.
“Para algo luchamos en los sesenta”, proclama Mimi McDermott, profesora retirada y vecina de Manhattan. “Por supuesto que queremos socialismo, no queremos esto en que las corporaciones están al cargo de nuestras vidas”, lamenta.
En el Upper West Side, Hannah Lutter y Chloe Linger, mujeres blancas, están indignadas con el desprecio a Mamdani por su juventud. Son analistas de datos y casi diez años menores que el próximo alcalde.
“No creo que sea malo ser joven en la política. Puede ayudar mucho. Las empresas nos fichan nada más salir de la universidad porque aportamos una visión fresca. Mamdani es aire fresco”, tercia Linger.
Y Lutter critica equiparar la religión musulmana con una forma de gobierno. “Vengo de Alabama, un lugar muy cristiano. Estoy harta de que los cristianos estadounidenses se crean superiores moralmente y que piensen que son intachables cuando no es así”, apostilla.
Como tantos otros, Abigail Savitch-Lew, de 34 años, es judía y votó al musulmán. Estados Unidos también es esto.
Zhoran Mamdani, el pasado viernes en el Centro Islámico de San Juan de Puerto Rico)
“Nueva York pertenece a todos los que la llaman casa”
Cumpliendo con una tradición, el alcalde electo de Nueva York, Zohran Mamdani, visitó durante un par de días San Juan de Puerto Rico, a las 48 horas de su victoria, para asistir a la conferencia Somos, que reúne anualmente a políticos y lobbistas hispanos y neoyorquinos, cuya labor persigue mejorar el estatus socioeconómico de los latinos. En una de sus intervenciones, Mamdani dijo que su ciudad pertenece “a todos los que la llaman casa”, en clara oposición a las políticas migratorias de Donald Trump. Tras rezar junto a decenas de musulmanes en el Centro Islámico de San Juan, confesó que muchas veces le preguntan qué significa ser el primer alcalde musulmán de Nueva York y que, para él, es como “un niño joven aprendiendo sobre el islam”. Descalzo y de pie junto al imán, abogó por combatir la hambruna en Estados Unidos y el mundo. Mamdani repartió comida en las inmediaciones de la mezquita mientras le pedían fotos y le felicitaban por su victoria en las elecciones. “Quiero decirles que, mientras luchamos por los trabajadores en Nueva York, sabemos que no es diferente la lucha aquí, en Puerto Rico, porque lo que sabemos es que Puerto Rico no se vende, y decimos lo mismo de Nueva York, que no se vende”, subrayó.





