La segunda reelección de Salvador Navarro como presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) la vivió a través de la pantalla. El presidente de los empresarios no pudo estar en la asamblea, que presidió el entonces jefe del Consell Ximo Puig, porque había dado positivo en Covid y defendió su proyecto a distancia en aquella normalidad a la que la pandemia nos acabó acostumbrando. Ya sin mascarilla, y en un contexto económico y social, pero también político bien diferente, Navarro repetirá este año candidatura como presidente de la CEV, pues se presentará a la reelección en la próxima convocatoria de elecciones, adelantada unos meses -estaba prevista para enero- a la fecha prevista.
Debía ser en enero de 2026 cuando los asambleístas de la patronal volviesen a elegir directiva, pero será el próximo 6 de noviembre cuando estén llamados a votar. Antes habrá habido una convocatoria de junta directiva, a celebrarse el próximo 18 de octubre en Castelló, que abrirá el proceso de elecciones en la patronal valenciana. Junto a Navarro, que aspira a un tercer mandato -dirige la patronal desde 2018- prevén repetir candidatura sus presidentes provinciales, Joaquín Pérez en Alicante, Eva Blasco en Valencia y Carmelo Martínez en Castellón, piezas clave en un proyecto autonómico que Navarro ha insistido siempre en reforzar.
Los actuales presidentes provinciales, Joaquín Pérez en Alicante, Eva Blasco en Valencia y Carmelo Martínez en Castellón, podrían repetir candidatura
La vertebración territorial ha sido siempre una máxima en el discurso de Navarro. En su proyecto, la Confederación, de ámbito provincial inicialmente, debe recoger todas las sensibilidades provinciales y trabajar por la unión territorial, objetivo de la entidad tras integrarse en Cierval (antigua Confederación de Organizaciones Empresariales de la Comunidad Valenciana) con las patronales castellonense y alicantina y convertirse en ente autonómico en 2017, no sin ciertas tensiones con la sección alicantina, con tendencia a funcionar como verso suelto.
Ahora la CEV está compuesta por 167 asociaciones y federaciones, tanto de ámbito autonómico como provincial, que integran a su vez 580 organizaciones sectoriales, las cuales representan a miles de empresas. Además, cuenta con 178 empresas asociadas directamente y 25 miembros asociados.
Casi dos décadas después, Navarro presume del “referente indiscutible” para las empresas y la sociedad de la Comunidad Valenciana en el que se ha convertido la CEV, y la dota de nuevos objetivos. Uno de ellos, la independencia económica. En el discurso de aquella intervención televisada, Navarro insistió en que su objetivo era seguir aumentando los ingresos privados frente a los públicos.
Un objetivo que adquiere mayor relevancia en este momento, tras los recortes a sus ayudas así como a las de los sindicatos que ha establecido el último presupuesto de la Generalitat Valenciana, y que suponen 100.000 euros menos para la patronal valenciana, sumado a la supresión de otra línea de 25.000 euros. La reacción de Navarro al acuerdo PP-Vox fue poner en cuestión “que haya partidos con representación que no valoren el dialogo social”.
Hubo un evidente malestar entre el empresariado, cómodo con las propuestas electorales de ambos partidos, a pesar de que Navarro insistió posteriormente, y así lo hizo en una entrevista con Guyana Guardian, que se había querido trasladar “por interés” que el empresariado estaba molesto “porque nos han quitado. No, estamos molestos porque en el fondo no se valora el diálogo social y la prueba es que la última reunión había sido en enero”, dijo entonces.
Navarro ha insistido en la independiencia económica de la CEV tras los recortes del Consell en los últimos presupuestos, un gesto que generó amplio malestar
Y es que este es otro de los caballos de batalla del presidente de la patronal, que ha insistido activamente en la impotancia del diálogo y en el papel que trabajadores y empresas desempeñan en la sociedad. Ejemplo es la propuesta conjunta que CCOO-PV, UGT-PV y CEV plantearon al gobierno valenciano este verano, tras la tardía convocatoria de la mesa del diálogo social para garantizar su convocatoria.
En aquella mesa del Palau se habían sentado inicialmente a hablar de financiación autonómica, por la asfixia financiera que acusaba ya el gobierno valenciano. La CEV, como miembro de la plataforma Per Un Finançament Just, ha bregado para que el debate esté encima de la mesa. Con ella, Navarro ha recordado siempre la situación de debilidad de las cuentas valencianas y la escasa relevancia que las peticiones valencianas encuentran en Madrid, un eco que se había impuesto amplificar pero que, una vez más, parece que cuesta consolidar en la capital.



