Esther Moreno, cosmetóloga: “No todas las pieles necesitan lo mismo, ni siquiera la misma piel necesita lo mismo todo el año. La clave está en saber si estás en una fase de reparación, mantenimiento o prevención”

Belleza

La facialista incide en la necesidad de saber el estado de la piel para introducir unos ingredientes u otros a la rutina de cuidado de la piel

Esther Moreno es facialista y cosmetóloga

Esther Moreno es facialista y cosmetóloga

Cedida

¿La piel necesita una rutina transformadora o solo cuidados preventivos? Esta es la pregunta que las personas deberíamos hacernos cuando nos planteamos si introducir un ingrediente u otro a la rutina de skincare de la piel. Escuchar la piel es muy importante y se tiene que saber en qué fase se encuentra para seguir un buen cuidado que se adapta a las necesidades.

“No todas las pieles necesitan lo mismo, ni siquiera la misma piel necesita lo mismo todo el año. La clave está en saber si estás en una fase de reparación, mantenimiento o prevención”, apunta la cosmetóloga Esther Moreno, que detalla cómo detectar cada fase para ajustar la rutina de forma inteligente.

Esther Moreno realizando un tratamiento facial en su centro

Esther Moreno realizando un tratamiento facial en su centro

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En la primera fase, la de emergencia, la piel pide una reparación. ¿Cómo se sabe cuándo se está en este momento? Cuando la piel está saturada, desequilibrada o presenta síntomas evidentes de inflamación o disfunción, es momento de reparar antes que transformar. “Aquí no vale seguir metiendo activos potentes. Hay que parar, resetear y enfocarse en reequilibrar el manto hidrolipídico, el pH y la microbiota”, explica la facialista de EM Studio.

En este caso el enfoque debe ser una rutina minimalista que empiece por una limpieza suave y continúe con hidratantes ricas en ceramidas, escualeno o pantenol. “Es importante en este punto recurrir a cosmética que regenere la barrera cutánea (como péptidos calmantes o factores de crecimiento bioidénticos)”, afirma Moreno, que indica: “evita retinoides, ácidos exfoliantes, activos transformadores”.

En la fase de emergencia es importante recurrir a cosmética que regenere la barrera cutánea y evitar retinoides y ácidos exfoliantes”

Esther MorenoCosmetóloga

Cuando la piel está bien, no presenta alteraciones evidentes y responde bien a los productos habituales esto indica que está en una fase de mantenimiento. El objetivo debe ser conservar los resultados, mantener el equilibrio y anticiparse al envejecimiento. “Muchas veces confundimos esta etapa con que no hace falta nada. Error. Es justo el momento de fortalecer la piel y sostener sus funciones”, apunta la cosmetóloga.

En este punto, se trata de partir de una piel en equilibrio y adaptar el cuidado a sus necesidades reales. “El rendimiento de cada piel es distinto y lo que funciona para una persona puede no servir para otra. Igual que en el deporte, no existe una única ‘tabla’ de ejercicios de mantenimiento para todos. La clave está en encontrar la combinación de activos que mejor se adapte a tu contexto y tolerancia, manteniendo tu piel en su mejor versión”, señala la facialista, que recomienda seguir una rutina basada en hidratantes y antioxidantes (como la niacinamida o la vitamina C), retinoides que estimulen la renovación celular y péptidos que favorezcan la síntesis natural de colágeno.

Una mujer cuidando su piel

Saber qué necesita la piel es imprescindible para elegir unos activos u otros

Pexels

La última fase es la de la prevención y transformación activa, que se produce cuando la piel está equilibrada y necesita un paso más en la rutina que traten aspectos como textura, mangas o arrugas. “Esto no significa aplicar de todo, sino saber qué necesita tu piel ahora y cómo tolerarlo de forma progresiva”, avisa.

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En esta fase, entran en juego retinoides, péptidos regeneradores, factores de crecimiento, antioxidantes de amplio espectro y ácidos (AHA, BHA, PHA) siempre en formulaciones y concentraciones adaptadas a cada piel. “Se trata de ajustar las piezas correctas —ingredientes, momentos de aplicación, frecuencia— para que encajen como un puzle diseñado para tu piel”, concluye Moreno. 

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