El doctor Manuel Sans Segarra ha advertido de manera contundente sobre las graves consecuencias del estrés en la salud física y mental de las personas. Según explica, la exposición constante a situaciones estresantes no solo afecta el bienestar emocional, sino que debilita directamente el sistema inmunitario, dejándolo vulnerable frente a múltiples enfermedades.
Sufrir estrés intenso es muy perjudicial para nuestra salud
El estrés como causa de las enfermedades
“Está demostrado que un minuto de estrés intenso provoca una caída del sistema inmunitario que dura seis horas”, asegura Manuel Sans Segarra, lo que, en su opinión, convierte al estrés en un desencadenante de problemas graves como infecciones, enfermedades autoinmunes e incluso cáncer.
El doctor subraya que el peligro no está únicamente en los picos puntuales de tensión, sino en vivir en un estado de estrés crónico. “La persona que está en estrés continuo, continuamente está liberando cortisol y catecolaminas”, explica. Estas sustancias, aunque necesarias en ciertos momentos, acaban siendo perjudiciales cuando se mantienen elevadas durante largos periodos de tiempo.
“La persistencia del cortisol y catecolaminas provocan trastornos del corazón; del ritmo, trastornos de la tensión arterial; hipertensión, trastornos del metabolismo, del colesterol, trastornos digestivos”, detalla el doctor. A nivel cerebral estos desajustes también se manifiestan en forma de “insomnio, angustia, pérdida de memoria, dificultad en el aprendizaje y una depresión importantísima sobre nuestro sistema inmunitario”.
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Para Sans Segarra, la raíz de este problema tiene un componente profundamente mental: “La causa fundamental es la mente”, señala. Y va más allá, vinculando el estilo de vida moderno con el origen del estrés: “La causa fundamental de nuestra sociedad actual es el ego y el estrés que condiciona el ego, con la dinámica vital que determina este ego”.
De su discurso se puede extraer una critica social ya que en una sociedad acelerada y competitiva, atender a la salud emocional es tan vital como cualquier otra medida preventiva, y en cambio no se tiene tan en cuenta.