Durante años, muchas mujeres han crecido con la idea de que tomar pastillas anticonceptivas puede acabar afectando a su fertilidad futura. ¿Y si luego no puedo quedarme embarazada? ¿Y si he estado tantos años con anticonceptivos que he agotado mis óvulos? Ante estas dudas tan comunes, Isabel Puerta, embrióloga especializada en fertilidad, lanza un mensaje claro y tranquilizador desde su cuenta de TikTok (@isabelpuertafertilidad): las pastillas no estropean tu fertilidad, simplemente la pausan.
Pausa, no deterioro
La embrióloga insiste en que las pastillas no dañan la fertilidad: el cuerpo suele ovular el mismo mes o al siguiente de dejarlas
Afirma que, al dejar de tomarlas, el cuerpo retoma su funcionamiento natural y que lo más frecuente es ovular ese mes o al siguiente. Para explicarlo de forma sencilla, utiliza la metáfora de un semáforo: mientras se toman anticonceptivos, está en rojo; al dejarlos, se pone en verde. Eso sí, recomienda acudir al especialista si no baja la regla o si se nota algo fuera de lo habitual, ya que las pastillas pueden enmascarar ciertas patologías ginecológicas que estaban ahí antes, pero pasaban desapercibidas.
Uno de los errores más comunes es pensar que durante el tiempo de uso se conservan los óvulos. Puerta desmiente esa idea: aunque el ciclo se interrumpa, se siguen gastando óvulos igual que si no se tomaran pastillas.
En cuanto a los efectos a largo plazo, la embrióloga es categórica al afirmar que no existen y destaca incluso beneficios, como la reducción del riesgo de cáncer de ovario. Sin embargo, investigaciones recientes matizan esa rotundidad. Un estudio publicado en marzo de 2023 en PLOS Medicine por la Universidad de Oxford sugiere que tanto los anticonceptivos combinados como los de progestina sola pueden aumentar ligeramente el riesgo de cáncer de mama durante su uso y en los años posteriores. En mujeres de entre 35 y 39 años, el riesgo absoluto pasaría de un 2 % a un 2,2 % a lo largo de 15 años. Aunque el incremento es pequeño y el riesgo general sigue siendo bajo, estos datos invitan a valorar de forma individualizada el uso prolongado de anticonceptivos hormonales, especialmente cuando se combinan con otros factores de riesgo.
En cualquier caso, Puerta insiste en que el gran factor a tener en cuenta sigue siendo la edad. A partir de los 35 o 37 años, la calidad y la cantidad ovárica descienden. Por eso muchas mujeres que han usado anticonceptivos durante años no encuentran dificultades al dejarlos, sino al descubrir que ya no tienen 25. “Puedes ser mamá a pesar de la edad o de haber tomado pastillas anticonceptivas”, afirma, aunque subraya que es fundamental conocer bien el propio ciclo, la reserva ovárica y cualquier factor añadido que pueda influir en la fertilidad.
Más allá de los miedos extendidos, la clave está en estar bien informada, escuchar al cuerpo y acudir al especialista cuando haya dudas.

