Durante los últimos años, la cirugía estética ha experimentado un auge considerable en España. Considerada inicialmente una posibilidad solo al alcance de los bolsillos más anchos, de un tiempo a esta parte el grueso de la población se ha inclinado a mejorar su aspecto, corregir imperfecciones e incluso cuidarse mediante distintos procedimientos. Uno de ellos permite resolver una complicación situada sobre el rostro: la alopecia.
Según la Clínica Universidad de Navarra, hace referencia a “la pérdida anormal del cabello, por lo que el término se considera un sinónimo de calvicie. Puede afectar al cuero cabelludo o a otras zonas de la piel en la que existe pelo, como las pestañas, axilas, región genital y barba”. Uno de los médicos estéticos que la tratan es el doctor David Bentue, de la Clínica EGOS, quien se ha pronunciado al respecto en una entrevista exclusiva para La Vanguardia.
“Es un tema que sorprendentemente, o no tanto, porque en este sector de la estética todo lo que moviliza gente y, por ende, moviliza dinero; crece muy rápido, el tema capilar ha hecho un crecimiento en los últimos tres, cuatro años exponencial. Al final, la alopecia siempre ha sido una inquietud, sobre todo en nuestro medio”, explicaba. Desde su punto de vista, la clave fue el hallazgo de un método alternativo al más recurrente.
“Pero hemos descubierto, o se ha descubierto, una manera de intentar no incurrir en la solución más fácil que era el trasplante. Y ahora tenemos medidas conservadoras, que llamamos mesoterapia capilar, por ejemplo, que administrando una serie de medicamentos, fármacos, productos, y ya no solo impedimos que ese pelo siga cayendo, sino que recuperamos parte del pelo caído”, insistía.

David Bentue, doctor estético
La atracción del espejo
“Entonces, ha tenido mucho éxito y está repercutiendo en la sociedad de una manera muy positiva y también, obviamente, en mis pacientes y en nuestro entorno”, concluía. Durante la conversación, Bentue también tuvo la posibilidad de reflexionar sobre la posible obsesión con la cirugía estética. Según sus palabras, está demostrado que “puede generar adicción” debido al repunte que uno puede llevarse al ver su reflejo en un espejo.
“Quizá la palabra esclavitud es un poco fuerte, pero sí, yo a veces uso la palabra condenados, más que esclavizados. Cuando empiezas, esto gusta. Esto gusta porque te ves mejor, te ves más joven, reconfortas tuyo personal, tu autoestima se ve mejorada y hay cambios ya no solo de sino de actitud y de cómo afrontar la vida. Y eso, claro, vicia. Y te condena un poco, porque casi todo lo que yo hago, pues hay que mantenerlo”, relataba.