El neurocientífico Matt Walker ha querido advertir cómo los trastornos del descanso están ligados a enfermedades como el Alzheimer y el cáncer.
“Las enfermedades más temidas en poblaciones desarrolladas son el cáncer y la enfermedad de Alzheimer. Tienen relación con un sueño insuficiente”, afirma el británico.
Subraya que dormir mal no solo afecta el rendimiento diario, sino que tiene consecuencias directas sobre la salud cerebral y celular. Según Matt, incluso una sola noche de sueño deficiente tiene efectos medibles.
“Si privo a un ser humano de su sueño durante una sola noche o simplemente le privo de su sueño profundo durante una sola noche, al día siguiente podemos ver un aumento inmediato de estas proteínas relacionadas con el Alzheimer, circulando por su sangre. Incluso podemos medirlo dentro del propio cerebro”, señala. Estas proteínas, beta amiloide y Tau, principales implicadas en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
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El experto explica que el cerebro posee su propio sistema de “limpieza nocturna”, el sistema glinfático, cuya función es eliminar los residuos que se acumulan durante el día.
“Fue expresamente durante el sueño, y particularmente durante el sueño profundo, cuando ese sistema de alcantarillado se puso en marcha y arrastró todos esos residuos que se acumulan durante el día”, indica.

Mujer con insomnio
Dicha limpieza es esencial para evitar la acumulación de sustancias neurotóxicas que podrían desencadenar enfermedades degenerativas.
Además, Matt advierte que trastornos comunes como el insomnio y la apnea del sueño con ronquidos fuertes no deben tomarse a la ligera. “Están asociados con un marcado aumento del riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer”, recalca.