Nuestro bienestar es clave para poder afrontar el día a día con relativa normalidad. En una sociedad cada vez más revolucionada en múltiples ámbitos, tanto el cuerpo como la mente deben estar preparados ante los distintos rompecabezas de la jornada. Sin embargo, la mente es un elemento que se tiene poco en cuenta. Tan pronto como nos despistamos, podemos encontrarnos sintiendo dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones.
Sobre esta cuestión, una de las figuras más conocidas por sus declaraciones es Mario Alonso Puig, doctor y fellow en cirugía por la Harvard University Medical School. El madrileño comparte sus conocimientos en entrevistas, conferencias y redes sociales, donde cuenta con millones de seguidores. Una de sus últimas reflexiones se centra en el amor propio, exponiendo las claves para quererse a pesar de cómo nos veamos.
“¿Por qué no nos queremos? Y la respuesta es la siguiente: no nos queremos porque no nos conocemos. Si nos conociéramos sería imposible no querernos. Es decir ‘no, no, yo sí me conozco, vamos, me conozco tanto que llevo sesenta años conmigo mismo’. Una cosa es conocerse y otra cosa es juzgarse. Los seres humanos somos muy buenos juzgándonos y muy torpes conociéndonos. ¿A qué me refiero?”, exponía.
“A nosotros, nos encanta una parte nuestra que es la que lucimos ante los demás, y escondemos aquello que entendemos que si los demás lo vieran no nos querrían. Y el problema no es que los demás no nos quieren si mostramos eso, es que nosotros tampoco nos queremos y reconocemos eso. Entonces, la única manera, etiológicamente hablando y yendo al origen, de querernos de verdad, es querernos sin condiciones. No por cómo somos, sino por quiénes somos”, añadía.
Paso a paso
“Es decir, amar lo que nos gusta y amar lo que nos disgusta Porque si lo que nos disgusta es la oscuridad, la única manera de que la de eh, la oscuridad se desvanezca es que generemos luz. La única luz real es el amor. Entonces, ¿cuándo yo necesito más que alguien me quiera? ¿Cuándo todo me va de cine? ¿Cuándo digo una frase maravillosa ¿Cuándo estoy más guapo que nunca? ¿O cuando digo la tontería del siglo?”, insistía.
“Ahí es cuando más necesito que me quieran, porque ahí reconozco que hay un cariño de verdad. Pues eso no lo hacemos nosotros mismos. Entonces hay que empezar trabajando con nuestras sombras, con aquello que nos da vergüenza y abrazarlo como parte de lo que somos”, concluía.