Dra. María Muñoz, especialista en aparato digestivo: “Si eres de los que toman cerveza de la lata directamente, debes saber que así provoca más hinchazón y pesadez”
BIENESTAR
“La cerveza en lata da más eructos, sensación de pesadez e hinchazón abdominal”, cuenta la doctora y especialista en aparato digestivo María Muñoz
Dra. María Muñoz
Cerveza, verano y chiringuito: una combinación casi sagrada que muchos esperan todo el año. Aunque la verdad es que una buena cerveza fresca nunca falla, ni siquiera en invierno, cuando el frío invita a calentarse con bebidas como el chocolate. Pero en verano, cuando el sol aprieta y el calor se siente de verdad, esa primera espuma fría, esa burbuja que estalla en la boca, se convierte en un placer casi celestial. No es solo calmar la sed, es un momento para saborear, para disfrutar cada aroma y matiz. Eso sí, para vivirlo en todo su esplendor, no basta con abrir la lata o la botella: la forma en que la sirves y cómo la bebes marcan la diferencia.
Cerveza
¿Eres de los que toman la cerveza directamente de la lata? “Puede parecer práctico, pero si quieres disfrutarla de verdad, lo mejor es servirla en un vaso. Cuando bebes de la lata, estás anulando uno de los sentidos más importantes de la percepción del sabor, el olfato. Y si, aunque creas que estás saboreando con la lengua, gran parte de lo que percibes como sabor en realidad es aroma”, cuenta la doctora María Muñoz, especialista en aparato digestivo.
Pero, como explica, si no permites que la cerveza “entre en contacto con el aire, no liberas esos compuestos volátiles” que tu olfato detecta, complementando así su sabor. Esto ocurre porque gran parte del sabor que sentimos proviene del aroma, captado principalmente por el olfato retronasal, un proceso fundamental en la percepción gustativa, según estudios como el de Spence et al. (2017) en Beverages.
Además, al servirla en un vaso, “se libera el dióxido de carbono” y “se forma espuma, una capa protectora que retiene aromas y evita que se oxide tan rápido”. Esta liberación de gas también tiene beneficios digestivos: “cuando echas cerveza en un vaso, al liberar el dióxido de carbono, reduces su acumulación en el estómago y así no te hinchas tanto”.
De hecho, como señala una publicación de Johnson et al. (2010), las bebidas carbonatadas que se beben sin haber liberado previamente el gas pueden provocar mayor sensación de hinchazón, pesadez y eructos. Por eso, disfrutar la cerveza en vaso no solo mejora su sabor, sino también cómo se siente en el cuerpo. “La cerveza en lata da más eructos, sensación de pesadez e hinchazón abdominal. Y si pensamos en algo muy simple, las latas también tienen el sabor del metal. Por muy limpia que esté la lata, siempre hay algún leve rastro metálico”, apunta la doctora.
Lata cerveza
Por último, “también influye la temperatura” en la experiencia de beber cerveza, un aspecto que muchas veces se pasa por alto. El vaso no solo cumple una función práctica, sino que “permite ver el color, la turbidez” y apreciar visualmente la calidad y características de la bebida, lo que forma parte importante del disfrute sensorial. Además, gracias al contacto directo con el aire y el material del vaso, es posible “sentir mejor la evolución de la temperatura” mientras se toma, lo que ayuda a percibir los matices de sabor que varían con el frío o el calor.
Por estas razones, la recomendación de la doctora es clara: “la cerveza fresca y en vaso frío” brinda la mejor experiencia, realzando tanto sus aromas como su sabor y textura.