La terapeuta Laura Ribas ha querido abordar en sus redes sociales el vínculo con la figura materna y su influencia directa en la forma en la que nos relacionamos con los demás.
En su post, la experta explicó que “la relación con la Madre es la más primaria y tiene un profundo impacto en nosotros, sobre todo en los primeros años de vida”.
Para Laura, este vínculo inicial marca de forma decisiva nuestro estilo de apego y, por tanto, la calidad de nuestras relaciones futuras.
“Tu relación con la madre es la que tiene más impacto con tu estilo de apego, porque aunque el padre esté muy comprometido, es un tema sobre todo a raíz de la lactancia”, explicó la especialista. Este primer lazo, íntimo y corporal, es fundamental. “Es un tema de piel”, subrayó, dejando en evidencia cómo la conexión física y emocional con la madre configura la base de la seguridad afectiva.
En este sentido, la terapeuta introduce el concepto de la “herida de madre”, un término que alude a las huellas que deja una relación disfuncional con la figura materna.
Este concepto “se podría traducir como una carencia o falta de maternación, intencional o no intencional. Se refiere al daño hecho por ausencia, por abuso, por crítica, por control o por descuido”, apunta.

Madre e hija amorosas durmiendo juntas
Laura señaló que esta herida puede existir incluso cuando la madre estuvo físicamente presente, pero con “frialdad, distancia, desapego, despiste o inmadurez emocional”.
Pese al impacto que puede tener esta herida en la vida adulta, la terapeuta dejó claro que reconocerla no implica romper el vínculo afectivo con la madre. “Tú puedes seguir queriendo a tu Madre y puedes entenderla”, concluyó.