El cardiólogo Nicolás Herscovich lo dice sin rodeos en el pódcast Comiendo con María que no hace falta entrenar como un atleta ni suscribirse a un gimnasio: el simple acto de caminar puede tener un impacto muy positivo en la salud. Con dar 7.000 pasos al día ya cambia la mortalidad cardiovascular.
Un punto de partida accesible que puede transformar hábitos
Así lo confirma también un estudio publicado en The Lancet Public Health, publicado en el Medical News Today, donde se concluye que caminar al menos 7.000 pasos diarios se asocia con una reducción del 47% en la mortalidad general, un 25% menos de riesgo de enfermedades cardiovasculares y una caída del 6% en el riesgo de cáncer. Y esto, sin necesidad de llegar al ya mitificado umbral de los 10.000 pasos.
Melody Ding, profesora de salud pública en la Universidad de Sídney y autora principal del análisis, recuerda que el número redondo de 10.000 pasos no tiene una base científica sólida. El estudio demuestra que incluso con 4.000 pasos al día ya se observan beneficios.
Para Herscovich, caminar no es sólo una forma de moverse, es una puerta de entrada. El darle movimiento a la vida siempre va a llevar a una evolución. Caminar probablemente promueve a hacer una actividad más estructurada, como salir a andar en bicicleta o correr. Es más que un gesto físico, es ejercicio mental. Y cuando se activa esa rueda, suelen venir más cambios: mejor alimentación, menos sedentarismo, más bienestar.
Desde la perspectiva médica, también se pone en valor lo fácil y accesible que es esta manera de ejercitarse. Caminar es algo que cualquiera puede hacer, sin costes, sin equipamiento, en cualquier entorno. La clave está en moverse más a lo largo del día: en el trabajo, en casa, en la calle. Cualquier momento es bueno para ir sumando pasos. Incluso quienes apenas se mueven pueden empezar con 2.000 pasos e ir progresando. El mismo estudio destaca que aumentar la actividad desde ese nivel hasta los 4.000 ya representa una mejora significativa, sobre todo en personas mayores o con movilidad reducida.
Cada paso cuenta, y el camino hacia una vida más saludable no requiere de retos dignos de un atleta, sino de una decisión consciente de moverse un poco más cada día. Ya no hay excusas, porque no se necesita un gimnasio ni equipo especializado, sólo la fuerza de voluntad de levantarse y dar el primer paso.