Carla Zaplana, nutricionista: “Tener buena masa muscular no solo nos permite vernos bien en el espejo. La proteína es el órgano de la longevidad”

Longevidad

El reto no consiste únicamente en entrenar por motivos estéticos, sino en comprender que cada movimiento y cada gramo de proteína ingerida se traducen en calidad de vida a largo plazo

Carla Zaplana, nutricionista

Carla Zaplana, nutricionista

Se encuentra en alimentos tan cotidianos como los huevos, la carne o las legumbres. La proteína suele asociarse al crecimiento muscular y al rendimiento deportivo, pero su función va mucho más allá. La nutricionista Carla Zaplana lo tiene claro: la proteína debe ocupar un lugar central en nuestra alimentación si queremos vivir más y mejor. “Es el órgano de la longevidad”, asegura. 

En uno de sus últimos vídeos publicados en sus redes sociales, Zaplana reconoce que vernos con un cuerpo tonificado puede ser un refuerzo positivo para la autoestima. Sin embargo, enfatiza que mantener una buena masa muscular significa preservar un órgano activo y funcional que influye en múltiples sistemas del cuerpo.

Proteína

Proteína

Carlos Gawronski

Uno de los puntos clave que destaca la experta es el papel del músculo como órgano endocrino. “El músculo produce mitoquinas que favorecen la eliminación de la inflamación dentro del cuerpo”, explica. Estas sustancias actúan como mensajeros bioquímicos que tienen un impacto directo en la regulación de procesos inflamatorios, considerados un factor de riesgo en el envejecimiento y en múltiples enfermedades crónicas.

En la perimenopausia, los estrógenos caen en picado y mantener tono muscular ayuda a proteger los huesos

Carla Zaplana, nutricionista

El músculo no solo contribuye al control de la inflamación, también es esencial en la regulación de la insulina. “Mejora la sensibilidad a la insulina, mejora el metabolismo y favorece un buen sistema inmunológico”, afirma Zaplana. En un contexto en el que los problemas metabólicos como la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2 son cada vez más frecuentes, la masa muscular se convierte en un aliado fundamental para prevenir y controlar estas patologías.

La nutricionista subraya, además, la importancia de mantener un buen tono muscular en la etapa de la perimenopausia. Con la disminución drástica de los niveles de estrógenos, las mujeres pierden una de sus principales defensas naturales para fijar el calcio en los huesos. Este descenso hormonal eleva el riesgo de sufrir osteoporosis y fracturas. “Cuando los estrógenos bajan en picado, mantener un buen tono muscular también nos ayuda a proteger nuestros huesos y nuestra salud ósea, evitando así traumatismos y fracturas”, apunta. De esta manera, el músculo se convierte en una herramienta preventiva clave en la salud femenina, complementando los cuidados nutricionales y médicos habituales durante esta etapa de la vida.

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El reto, por tanto, no consiste únicamente en entrenar por motivos estéticos, sino en comprender que cada movimiento y cada gramo de proteína ingerida se traducen en calidad de vida a largo plazo.

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