El doctor Manuel Sans Segarra ha reflexionado sobre la relación entre el ego y la felicidad, afirmando que “Nunca en la vida se puede ser feliz con un ego desmedido porque el ego nunca nos dará la auténtica felicidad”.
El placer es temporal y depende de factores externos
El ego proporciona placer pero no la auténtica felicidad
Manuel Sans Segarra explica que el ego está asociado al placer, entendido como la satisfacción emocional que sentimos al alcanzar objetivos materiales. “El ego nos proporciona placer. ¿Qué es placer? Es la sensación de satisfacción, que siempre es muy emotiva, con una gran carga afectiva, cuando tengo un objetivo material que me he trazado: me ha tocado la lotería, me han dado un buen trabajo, me he comprado un coche, tengo una novia preciosa o un novio precioso, lo que sea, siempre un objeto material”, detalla Sans Segarra.
El doctor aclara que este placer es temporal y depende de factores externos. “El ego se mueve siempre, no lo olvidemos nunca, por una dinámica mental, lo que llamamos carácter. Y el carácter se estructura por unos hábitos y según los hábitos, nosotros pensamos y según pensamos, tenemos unos sentimientos. Es decir, la vida afectiva es consecuencia del pensamiento que tenemos”, explica.
Sans Segarra también analiza cómo se forman estos hábitos desde la infancia. “¿Cómo se han inculcado estos hábitos que marcan el carácter de una persona? Se produce en el claustro materno, los primeros años de vida. Si tenemos hábitos, quiere decir que nos regimos por unos dogmas, y el que tiene dogmas necesita un líder que los ponga. Entonces, si tienes un líder que te condiciona hábitos, tú estás haciendo lo que te han inculcado. No eres auténticamente libre”, asegura.
Y es que para el doctor, la verdadera felicidad no depende del exterior, sino de un estado interior profundo. “Tienes momentos de placer, que bioquímicamente esto se demuestra porque se libera dopamina en el cerebro, en cambio, la auténtica felicidad es algo que no depende del exterior, sino que es una vivencia interior que se origina en tu supraconciencia y se manifiesta por paz, armonía, gozo, silencio, tranquilidad, amor y bioquímicamente tenemos serotonina, lo que se libera”, afirma.
Por último, Sans Segarra remarca que el ego nunca podrá proporcionar la felicidad auténtica. “El placer es expresión del ego, el ego nunca nos dará la auténtica felicidad”, destacando así la importancia de cultivar la supraconciencia para alcanzar un bienestar genuino y duradero.