La nutricionista Carla Zaplana habló sobre la conexión entre la alimentación y las emociones, destacando que “las emociones atrapadas pueden manifestarse en tu cuerpo como tensión, inflamación o problemas digestivos”.
En su publicación de Instagram, explica que comer no solo es un acto físico, sino también emocional, y que aprender a escuchar al cuerpo es clave para alcanzar el bienestar integral. “La alimentación no solo nutre tu cuerpo, también tus emociones”, subrayó.
Carla insiste en la importancia de conectar con los alimentos antes de comer, recomendando hacer una pausa consciente antes del primer bocado para preguntarse: ¿Tengo hambre real o hambre emocional? ¿Cómo me estoy sintiendo? Según la nutricionista, este gesto sencillo ayuda a distinguir entre la necesidad fisiológica de alimentarse y la tendencia a usar la comida como una vía para gestionar emociones.
            Atracón por la noche
Comer con plena conciencia, añade, manda señales de seguridad al cuerpo, mejora la digestión y calma la mente. La experta también destacó el papel emocional de los sabores naturales.
Los sabores dulces provenientes de frutas o dátiles aportan placer sin necesidad de azúcar refinado; los amargos, presentes en alimentos como la rúcula o el cacao puro, favorecen la depuración hepática y la liberación de toxinas emocionales; mientras que los ácidos, como el limón o el vinagre de manzana, estimulan la digestión y despiertan el cuerpo.
            Dátil
Masticar despacio, sentir cada textura y mantener la mente en el presente son hábitos que, según la especialista, ayudan a reconectar con uno mismo y con las necesidades reales del organismo.
“Comer con plena conciencia no solo mejora tu digestión, sino que también te enseña a escucharte, a calmarte y a cuidar tu bienestar emocional”, concluyó Carla.

            

