El bienestar físico y emocional es uno de nuestros principales objetivos vitales. Tal y como ocurre con el cuerpo, el cerebro sufre las consecuencias del día, cada uno distinto del anterior. Tan pronto como nos despistamos, podemos sentir dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones. El cuerpo debe estar limpio por dentro y por fuera, pero la mente también merece una atención especial.
A veces, esto puede empezar de una forma tan sencilla como tener el cuerpo correctamente articulado, lo cual también mejora nuestro bienestar físico. En Estados Unidos, la tendencia en los últimos años ha sido la apertura de los denominados “centros de estiramiento”, que ahora llegan a Madrid de la mano de la fisioterapeuta Elena Morales, cofundadora de Estiro: “El problema no es solo que estemos tensos; es que nos hemos acostumbrado a vivir con dolor”.
Interior de Estiro, en la Calle de Serrano de Madrid
“Cuando estiramos correctamente, reposicionamos las articulaciones en su sitio. La gente dice que se siente más alta, y no es que crezca, sino que recupera su postura natural. Queríamos romper con la idea de que el estiramiento es algo aburrido o solitario. Aquí las personas se sienten cómodas, relajadas, incluso vienen en pareja o en familia porque no hay que quitarse la camiseta ni sentirse incómodo”, explicaba en una entrevista a Vogue España con su socio, Juan Antonio Samaranch.
“No queríamos que cuadrar agendas fuese un problema. Sabemos que la gente pasa muchas horas sentada o llega cansada del gimnasio y necesita algo rápido y eficaz, por eso ofrecemos distintas opciones: bonos y sesiones individuales de 25 o 50 minutos. Se puede venir antes del trabajo, al mediodía o después de entrenar. En media hora entras, haces la sesión y sales sin sudar, sin ducharte, lista para ir al trabajo. Y lo mejor: con la sensación de haber hecho algo bueno por tu salud”, sumaba.
Interior de Estiro, en la Calle de Serrano de Madrid
Nueva forma de salud
“Hay personas que se están preparando para un triatlón y vienen para trabajar la preparación física previa. Otros vienen después del gimnasio o de correr por el Retiro, se duchan y pasan por aquí. Y también hay mucha gente que lo integra en su rutina diaria: personas sedentarias que vienen antes o después del trabajo. Abrimos a las siete de la mañana, y ya a esa hora tenemos gente estirándose”, detallaba.
“Antes se daba mucha importancia a la postura: ponte derecho, camina erguido, pero hoy eso se ha perdido. Nos estamos encorvando, literalmente. Pero el cuerpo tiene memoria, y cuando lo cuidas, responde. No se trata de llegar a la vejez, sino de llegar bien, con movilidad, con flexibilidad. Cada vez tengo más pacientes de más de 90 años que están fenomenal: juegan al golf, se mueven con soltura… Y el envejecimiento no se nota en las arrugas, sino en cómo te mueves. Y eso empieza con algo tan simple como estirarse”, concluía.


