Engañar y ser engañado son experiencias universales, pero descubrir la verdad detrás de las palabras ajenas es mucho más complicado de lo que parece. Cada persona que miente desarrolla sus propios patrones. Algunos exageran detalles, otros evitan la mirada o cambian la forma de hablar, y muchos intentan convencerse de su propia historia. En este escenario, identificar señales claras de mentira requiere más que intuición; demanda observación, experiencia y conocimiento.
A lo largo de los años, numerosos especialistas en comportamiento y comunicación han ofrecido consejos para reconocer falsedades (desde gestos corporales hasta pausas en la voz, pasando por microexpresiones que duran apenas un instante. Sin embargo, la complejidad del ser humano hace que no exista un método infalible, lo que convierte cada conversación en un pequeño reto para quien busca la verdad.
La dificultad de detectar la mentira
Los métodos de Juan Manuel ‘Pincho’
Juan Manuel García, conocido como “Pincho”, es uno de los referentes en análisis de la conducta humana. Exguardia civil y especialista en negociación de incidentes críticos, con formación del FBI, Pincho se ha especializado en el estudio del comportamiento no consciente y la evaluación de la veracidad, combinando experiencia policial con conocimientos científicos sobre comunicación.
En una de sus últimas publicaciones, Pincho destaca que la lingüística forense es actualmente la herramienta más fiable para detectar mentiras. Según explica, “la parte verbal de la comunicación ofrece indicios claros. Cómo se alargan las vocales, cómo varía el volumen, pausas inesperadas… todo eso puede ser señal de que algo no encaja”. Pero insiste en que estas señales deben interpretarse con cuidado y siempre en contexto.
Otro concepto central en su método es el “baseline” o referencia de comportamiento. Pincho recomienda observar cómo se comporta una persona cuando dice la verdad, estableciendo un patrón natural: “La clave para saber si te mienten es fijarte en cómo responde cuando dice la verdad. Si yo sé, por ejemplo, que tienes un BMW blanco y te pregunto, veré cómo reaccionas. Esa es tu línea base. Luego, al hacer preguntas sobre lo que no sé, cualquier desviación de ese comportamiento me da pistas de que algo no cuadra”.
Finalmente, Pincho subraya la importancia de la “entrevista cognitiva”, un procedimiento “policial” que consiste en hacer preguntas de control para evaluar reacciones y detectar inconsistencias. “No se trata de atrapar a nadie, sino de comparar cómo responde alguien cuando decimos cosas que sabemos que son ciertas con cómo responde a lo que desconocemos. Las variaciones, por mínimas que sean, son reveladoras si se observan con atención”, explica.
Juan Manuel ‘Pincho’, experto en comunicación no verbal: “La clave para saber si te mienten es fijarte en cómo responde cuando dice la verdad”
Estrategias de otros expertos
José Astorga, especialista en lenguaje no verbal y negociación por la Universidad de Yale, recomienda la llamada “pregunta escoba” utilizada por la CIA: “Al final de la conversación, pregunta ‘¿Qué es lo que no me has contado y crees que debes contarme?’. Esa simple pregunta puede hacer que el mentiroso se desmorone, porque obliga a salir de su guion”. Astorga recalca la importancia de guardar esta pregunta hasta el final, cuando la persona ya se siente segura de su relato.
Por su parte, Aguelo, experto en comunicación y comportamiento, recuerda que quienes mienten construyen una historia de memoria, intentando convencer incluso a sí mismos de su veracidad. Para desenmascararlos, propone pedirles que narren los hechos desde el final hacia el inicio. “Si te está mintiendo, notarás incoherencias y dudas. Cambiar el orden obliga al cerebro a procesar los hechos de forma lógica y aparecen los errores”, explica.
Por otro lado, el doctor Borja Jiménez, médico estético con experiencia en microexpresiones, aporta otra perspectiva: “Las microexpresiones son involuntarias y fugaces, pero pueden revelar mucho. Evitar la mirada, parpadear en exceso, sonreír solo con los labios o tensar la mandíbula son señales de tensión y posible mentira”. Según Jiménez, incluso gestos pequeños como tocarse la nariz pueden ser indicios de engaño, vinculados a reacciones fisiológicas como la vasodilatación.
“Las microexpresiones son involuntarias y fugaces, pero pueden revelar mucho”
La IA como aliada en la detección
La inteligencia artificial también se ha sumado al análisis de la veracidad. Medios como Infobae han experimentado con ChatGPT para identificar frases típicas de quienes mienten. Entre las más comunes están expresiones como “Nunca he dicho eso”, “No sé de qué hablas” o “Todo el mundo lo sabe”. Aunque no son pruebas concluyentes, sirven como señales de advertencia cuando se observan patrones repetidos en el contexto de una conversación.
En definitiva, aprender a detectar mentiras implica fijarse en los detalles, escuchar con atención y observar tanto lo que se dice como cómo se dice. Cada gesto, cada pausa o cada palabra fuera de lugar puede contar algo que las frases por sí solas no revelan. Con paciencia y práctica, es posible percibir cuándo algo no encaja y acercarse a la verdad de manera más clara, entendiendo mejor las intenciones y emociones de quienes nos rodean.


