Jordi Segués, experto en desarrollo personal, sobre el impacto de las pequeñas decisiones: “Pregúntate siempre qué decisión tomas hoy de la que podrías arrepentirte dentro de 5 años”

HÁBITOS

Lo que hacemos cada día, aunque parezca insignificante, puede convertirse en el motor de nuestro bienestar o en una cadena de consecuencias negativas que solo descubriremos años después

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Jordi Segués en un momento del vídeo

Jordi Segués, experto en desarrollo personal, sobre el impacto de las pequeñas decisiones: “Pregúntate siempre qué decisión tomas hoy de la que podrías arrepentirte dentro de 5 años”

@JordiSegues / YouTube

Todos sabemos que los hábitos marcan la diferencia, pero pocas veces somos conscientes del poder que tienen las pequeñas decisiones que tomamos cada día. Cepillarse los dientes, dedicar cinco minutos a ordenar el escritorio o leer un artículo inspirador puede parecer trivial, pero esos gestos suman. Del mismo modo, acciones que parecen inocuas (quedarse hasta tarde mirando el móvil, saltarse la fruta de la merienda o posponer una llamada importante) pueden acumular un “interés compuesto negativo” en nuestra vida.

El peligro de los hábitos dañinos está en su invisibilidad inicial. Al principio, los efectos no se ven, no hay alarma, no hay consecuencias inmediatas. Pero con el tiempo, la repetición convierte esos gestos en patrones que alteran nuestro bienestar, nuestro rendimiento y, en última instancia, nuestra identidad.

El ejemplo de Jordi Segués

Los hábitos que construyen o destruyen

Jordi Segués, experto en desarrollo personal y con casi tres millones de seguidores en TikTok como @thejordisegues, ilustra este fenómeno con un ejemplo cotidiano: “Si no te cepillas los dientes hoy, nadie se dará cuenta. Si no te los cepillas durante una semana, quizás alguien note algo raro, aunque no te lo diga. Pero si no lo haces durante cinco años, se te empezarán a caer los dientes. ¿Y sabes cuándo empezó todo? Hoy, cuando tomaste la decisión de no hacerlo. Era fácil de hacer, era fácil de no hacer, pero decidiste no hacerlo”.

Su analogía no termina ahí. Cada pequeño gesto tiene un efecto acumulativo. No contestar un mensaje importante, no hacer ejercicio, posponer una conversación significativa, saltarse un hábito de estudio... Todas esas decisiones, aunque hoy parezcan irrelevantes, construyen el camino de nuestra vida futura. “Ese hábito es como un interés compuesto negativo”, advierte Segués. “Pregúntate siempre qué decisión tomas hoy de la que podrías arrepentirte dentro de cinco años y que hoy no parezca tener demasiadas consecuencias”, añade.

Hábitos atómicos: el poder de lo pequeño

James Clear, autor de Hábitos Atómicos, defiende la fuerza de los cambios minúsculos y consistentes. Un ajuste aparentemente irrelevante, como cambiar la almohadilla de un asiento de ciclista, puede multiplicar sus resultados si se combina con otros pequeños cambios. Paso a paso, estos hábitos “atómicos” generan un efecto acumulativo poderoso que puede transformar el rendimiento profesional, las relaciones personales y la salud.

Clear propone cuatro claves para crear hábitos sostenibles: hacerlos obvios, atractivos, sencillos y satisfactorios. La acción de dos minutos, repetida con constancia y apoyada por el entorno social, termina convirtiéndose en parte natural de nuestra rutina y, con el tiempo, cambia nuestra identidad.

Según a qué hora salgas a correr, y según tu género, tendrá unos efectos u otros sobre tu salud.

Clear propone cuatro claves para crear hábitos sostenibles: hacerlos obvios, atractivos, sencillos y satisfactorios

Freepik: yanalya

Los riesgos de los hábitos cotidianos

Por otro lado, un grupo de expertos de la Universidad de Harvard alerta sobre cómo ciertas rutinas diarias afectan la concentración, el ánimo y la salud física. Pequeños gestos repetidos (exceso de cafeína, uso temprano de pantallas, música a volumen alto, doomscrolling o falta de sueño) pueden deteriorar el bienestar sin que nos demos cuenta.

Por eso, Mel Robbins recomienda iniciar el día sin pantallas y establecer rutinas matutinas conscientes. La neuróloga Nicole Clark advierte sobre los efectos de la cafeína excesiva y la alteración de los ritmos emocionales. Y María Merino, nutricionista, añade que comer deprisa frente a una pantalla, acostarse tarde o saltarse la proteína esencial son hábitos que deterioran nuestra salud física y mental con el tiempo.

Estar con el móvil hasta instantes antes de intentar dormir es uno de los hábitos que más rehuyen los expertos

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Carlos Gawronski

La ciencia detrás del cambio

El psiquiatra Javier Quintero resume la clave del cambio de hábitos: conciencia, motivación y repetición. La incomodidad inicial es inevitable, pero cada vez que elegimos hacer algo positivo, nuestro cerebro aprende y consolida un nuevo patrón. Lo que hoy es esfuerzo, mañana será automático. Cada pequeña acción cuenta y se convierte en la base de hábitos saludables que moldean nuestro futuro.

Quintero también destaca que los hábitos negativos que ya forman parte de nuestra rutina se consolidan por el mismo mecanismo. Por eso, identificar las decisiones que nos perjudican y reemplazarlas con alternativas conscientes es el primer paso para recuperar el control sobre nuestra vida.

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En definitiva, los hábitos diarios construyen nuestra salud y bienestar más de lo que imaginamos. Comer despacio y sin pantallas, acostarse a una hora adecuada, consumir la cantidad correcta de proteína, practicar actividad física y mantener interacciones sociales significativas son decisiones sencillas que, acumuladas, transforman nuestro día a día y protegen nuestro futuro.

Además, empezar es más fácil de lo que parece. Elegir leer un libro, caminar un rato, preparar una comida consciente o apagar el móvil unos minutos puede marcar la diferencia. Lo importante es la constancia, la atención a lo que hacemos cada día y la decisión de priorizar lo que nos nutre. Al final, nuestra vida se construye a partir de esos pequeños gestos, y aprender a tomarlos con conciencia es aprender a liderar nuestra propia historia.

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