Actualmente, hay más estudios que profesiones, y algunos de ellos cada vez son más escasos; esos trabajos que antes considerábamos pesados, como la fontanería, la electricidad o las obras, trabajos en los que nadie quería implicarse porque suponían mucho esfuerzo, son ahora precisamente las que más se echan de menos y cuyos servicios resultan más caros.
Muchos de estos oficios tienen un componente vacacional que proviene del ámbito familiar. Muchos aprenden de sus padres, sus tíos, primos, empezando por tareas básicas hasta convertirse en profesionales. Este es el caso de Santiago, fontanero con más de 20 años de experiencia, que empezó ayudando a su primo y actualmente sigue viviendo de ello. Asi lo cuenta en una entrevista en el Pódcast Sector Oficios.
Muchos de estos oficios tienen un componente vacacional que proviene del ámbito familiar.
Cuando empezó a trabajar en obra nueva, al cabo de dos años se dio cuenta de que muchos de sus compañeros ganaban un sueldo muy elevado en comparación con él, hasta que descubrió que eran autónomos. “Me dijeron que para ganar dinero tenía que hacerme autónomo y así descubrí esta profesional. Me dijeron que con lo nervioso que yo era me iría bien”, explica.“Pedí todo el dinero cotizado, fueron unos 24.000 euros, y con eso compré una furgoneta y unas herramientas”. Así, a día de hoy lleva casi diez años como autónomo en el sector de obra nueva.
En cuanto a las diferencias entre reformas y obra nueva, Santi explica que aunque pasó muchos años haciendo reformas, ahora prefiere llevar proyectos desde cero, ya que le produce una gran satisfacción ver cómo empieza y termina una obra. “Si tuviese que enseñarle a alguien lo que es la fontanería, lo llevaría a una obra nueva porque se aprende mucho más del oficio”, recalca.
Hay mucha gente que cree que eres fontanero 24 horas. Nosotros también tenemos vida
Una de las falsas creencias sobre este oficio es que los fontaneros viven para su profesión y están disponibles inmediatamente cuando surge una necesidad. Sin embargo, la realidad es que muchos tienen un horario similar al de cualquier otro trabajo. “H ay mucha gente q ue cree que eres fontanero 24 horas. Nosotros también tenemos vida; trabajamos de lunes a viernes. Si quieres trabajar el sábado y el domingo ya es cosa tuya, pero así no vives”, resalta.
En los últimos años, la construcción ha estado mas solicitado que nunca, sobretodo la fontanería ya que hay menos profesionales. Muchos jóvenes optan por estudios que les permitan horarios flexibles o incluso teletrabajo. “Ahora mismo estamos muy solicitados; hay gente a la que tengo que darle cita dentro de un mes y medio o dos porque no damos abasto.”, confiesa. “No sé porque a los jóvenes no les llama esta profesión cuando en realidad es un trabajo que puedes pasarlo bien, aunque tengas que ponerte de rodillas y mancharte un poco las manos”, añade.
Llega un punto que el fontanero sufre mucho, físicamente te mata
Cuando se habla de este oficio, uno de los comentarios que más escucha Santiago es que es un “trabajo guarro”, relacionándolo enseguida con los desatascos. “Un desatasco es un servicio caro y no vale la pena mcuhas veces. Preguntas si han echado algún producto previamente y te dicen que no, y cuando saco la mano de la taza me pica todo el braz... Y ya después reconocen que sí habían echado algo”, comenta entre risas.
Aunque es un trabajo gratificante, reconoce que es un oficio que implica mucho esfuerzo físico, por lo que resulta difícil permanecer en él más allá de los 55 años aproximadamente, una edad en la que todavía quedan muchos años para jubilarse. “Llega un punto que el fontanero sufre mucho, físicamente te mata. Y a lo mejor por eso los jóvenes no quieren dedicarse a esto. Sin embargo, da tiempo a hacer una buena hucha”, concluye
