El doctor Andreas Eenfeldt definía la dieta cetogénica o keto como “una dieta muy baja en carbohidratos y con mayor contenido de grasa, muy similar a otras dietas bajas en carbohidratos. Se comen menos carbohidratos, se mantiene un consumo moderado de proteína y puede que aumente la ingesta de grasa. La reducción de carbohidratos pone al cuerpo en un estado metabólico llamado cetosis, en donde la grasa (del cuerpo y de lo que se come) se consume para obtener energía”.
La expresión, que ha ganado mucha popularidad recientemente, resurgió en los medios después de que Halle Berry mencionara en una entrevista con BBCgoodfood que sigue esta pauta alimentaria a sus 59 años. La estrella de cine ha optado por eliminar los azúcares y los carbohidratos procesados, reemplazándolos con fuentes de grasa beneficiosas como el aguacate y las nueces, además de vegetales y proteínas de bajo contenido graso. No obstante, su impacto puede ser considerablemente perjudicial para el sistema digestivo, según cómo se implemente. Virginia Gómez, especialista en nutrición digestiva, expuso las razones detalladamente en una conversación con Fit Generation.
“Las dietas keto o las carnívoras son una patada a la microbiota. No entiendo que se promuevan las dietas bajas en fibra en general. Hay que tener cuidado con todos aquellos mensajes que conduzcan a consumir suplementos. Difícilmente vas a necesitar un suplemento salvo cosas muy concretas, como tener un déficit o unos objetivos muy concretos”, afirmó. Un aspecto adicional de debate respecto a este tipo de nutrición es la denominada dieta blanca, que consiste en dar preferencia a alimentos blandos o procesados para facilitar la asimilación.
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“Si pelas, cocinas y trituras un alimento estás facilitando la digestión. Pero los trastornos del eje intestino-cerebro no apagan rápidamente, requieren tiempo. Para una gastroenteritis o para un brote leve o moderado de enfermedad inflamatoria intestinal puedes hacer dieta de fácil digestión. Triturar los alimentos no mejora la absorción de nutrientes salvo en personas que engullen como patos. Para personas con un tránsito normal no es significativo. Es más importante la masticación”, afirmaba frente al observador que le prestaba atención.
La dieta keto elimina prácticamente toda fuente de carbohidratos
Cuidar el baño
En este sentido, Gómez finalizó su presentación ofreciendo una recomendación sobre la importancia de consultar a un profesional. En su opinión, la materia fecal es el principal indicativo de inconvenientes, guiándose por la denominada Escala de Bristol: “Cuando de forma continuada si más de un 25 % de las heces es Bristol 1 o 2, es decir estreñimiento a base de bolitas o conglomerado de bolitas, o más de un 25% es Bristol 6 o 7, esto es, heces líquidas o prácticamente líquidas, es la señal del destino para que vayas al médico y le digas que algo no va bien”.
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A pesar de estas afirmaciones, no todas las manifestaciones de la dieta cetogénica resultarían tan perjudiciales. Juan Mielgo, quien ostenta el cargo de secretario académico en la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ), resaltaba su potencial efectividad a modo general: “En la epilepsia refractaria en niños, la eficacia está demostrada desde hace décadas. En adultos, puede favorecer la pérdida de peso rápida y mejorar algunos parámetros metabólicos (sensibilidad a la insulina, triglicéridos, control glucémico) en el corto plazo”.