En la teoría, todos somos libres de vestir, actuar y decir lo que queramos, sin embargo, esto no es del todo cierto. Y es que la presión social influye en las decisiones diarias que todas las personas tomamos, desde las más trascendentales hasta las más cotidianas.
Y es que la presión estética impera con contundencia en la sociedad de hoy en día, difundiendo un dogma sobre cómo deben actuar, hablar, socializar, vestirse, por quién deben sentirse atraídos y cómo deben lucir sus cuerpos mujeres y hombres, entre otras muchas decisiones. A veces, estos mensajes son directos, pero la mayoría de ellas se transmiten de forma subliminal.
A través de los referentes con los que nos hemos criado, tanto en la vida real como en el mundo de la ficción o de la publicidad, hemos aprendido qué es 'lo que se espera' de cada uno de nosotros. Y estos mensajes subliminales afectan a nuestra libertad en una infinidad de prismas.
Sobre uno de estos prismas, el factor estético, ha hablado la actriz Carolina Yuste en el programa Hoy por Hoy de la Cadena SER. Al ser preguntada por la presión estética, la actriz ha afirmado con contundencia que es un tema que le preocupa “excesivamente”.
Aunque la Yuste ha mostrado una especial preocupación por “las adolescentes que están atravesando estas violencias”, también ha reflexionado sobre su propia relación con la presión estética.
“Una de las cosas que más me preocupa es pensar que me haré mayor, que echaré la vista para atrás y pensaré que a lo que más tiempo y energía he dedicado en mi vida ha sido a detestar lo que soy y a lo que es mi cuerpo. No quiero llegar ahí; no quiero verme en ese momento”, ha expresado preocupada.
Denuncia social
La actriz ha criticado a las empresas que se lucran de la presión estética que impera en la sociedad y la alimenta para ganar más dinero
“Si las mujeres estuviéramos tranquilas y en calma y amor con nosotras mismas, habría muchísimas empresas que estarían en la ruina absoluta”, ha reflexionado Carolina Yuste, que ha lamentado la cantidad de compañías que se lucran “de seguir intentando con mucho ahínco que nos odiemos”. Para combatir esta presión estética, ha concluido la actiz, ”hay que hacer un ejercicio extremo de buscar amor propio”.