A veces la forma de protegerse pasa por intentar agradar siempre a los demás, aunque ese esfuerzo termine chocando con el propio bienestar. Ese rasgo, tan común y a menudo difícil de controlar, se ha puesto en el centro del documental sobre John Candy que se presentó en el Festival de Toronto y que ha llevado a Ryan Reynolds a reflexionar sobre su propia experiencia.
El actor ha explicado que la necesidad de ser complaciente puede convertirse en un obstáculo cuando se trata de cuidar la salud mental, un terreno en el que el silencio y la resistencia a pedir ayuda pesan demasiado.
Salud mental
Ryan Reynolds reconoce que la costumbre de agradar puede pasar factura
En una entrevista concedida a la revista People durante el festival, Reynolds afirmó que “complacer a los demás y la salud mental no conviven nada bien, porque nunca quieres cargar a nadie con nada, nunca quieres ser un problema para nadie”. A partir de esa idea reconoció que se sintió identificado con Candy, de quien percibió ciertos rasgos vinculados a la ansiedad y al deseo constante de agradar.

El intérprete explicó que vio en Candy rasgos ligados a la ansiedad y a la necesidad de agradar
El intérprete de Deadpool recordó que bastaba observar al cómico para darse cuenta de que utilizaba su humor como una herramienta defensiva. Según sus palabras, “a veces puedes identificarlo muy rápido, como: ahí hay un tipo cuyas habilidades se han cultivado en parte como un mecanismo de protección”. En su opinión, esa mezcla entre talento y necesidad de agradar estuvo muy presente en la vida del actor canadiense.
Reynolds apuntó que incluso la paternidad le ha ayudado en esa dirección, ya que hablar con sus hijos sobre los límites le sirve de práctica. Concluyó que pedir ayuda resulta especialmente duro para alguien acostumbrado a complacer, un reto que Candy también arrastró durante años.