Las estaciones de tren no solo son lugares de paso por los que a diario transitan miles de personas; no son solo punto de partida o punto final de un viaje, son mucho más. A lo largo de la historia han ejercido de protagonistas y a su vez de testigos del progreso económico y social.
La popularidad del ferrocarril, durante la segunda mitad del siglo XIX y ya entrado el siglo XX, trajo consigo la construcción de grandes estaciones de tren, obras singulares firmadas por arquitectos de reconocido prestigio. Majestuosas y hermosas, han llegado a nuestros días convertidas en iconos de una época.
Majestuosas y hermosas, han llegado a nuestros días convertidas en iconos de una época
Grandes estructuras de ladrillo rojo, bóvedas y estructuras acristaladas; relojes que han acompañado el ir y venir de los pasajeros durante décadas, o decoraciones con frescos o azulejos sobresalen junto a pequeñas pero emblemáticas construcciones en los rincones más recónditos del mundo. Hoy, los nuevos templos del ferrocarril responden a nuevos diseños y nuevas necesidades, acorde a los nuevos tiempos.
Te invitamos a viajar con nosotros por algunas de las instalaciones más hermosas del mundo, conscientes de que existen muchas más. Son estaciones que por su singularidad merecen un viaje.
Estación de Saint Pancras, Londres (Reino Unido)
La estación de Saint Pancras sobrevivió a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial
Londres puede presumir de contar con innumerables estaciones, pero la de Saint Pancras sobresale por encima de las demás. Su impresionante fachada gótica de ladrillo rojo típicamente victoriana merece un aparte. Inaugurada inicialmente en 1868 y restaurada 139 años después, acoge hoy, además de trenes nacionales, las líneas de Eurostar que conectan el país con Francia y Bélgica.
Diseñada por William Henry Barlow y construida por la Midland Railway Company, la histórica estación sobrevivió a los bombardeos aéreos de la Segunda Guerra Mundial. Su gran estructura metálica interior y su vestíbulo principal, con sus originales esculturas -la más famosa de ellas es la Meeting Place de Paul Day, que representa la despedida de una pareja- sorprenden a los viajeros. El Midland Grand Hotel, que abrió sus puertas en 1873, continúa ocupando parte de sus instalaciones.
Estación de Amberes (Bélgica)
Interior de la estación de Amberes
Posiblemente, el símil más adecuado para describir la estación central de Amberes sea la de una catedral. Y es que este monumental edificio de 185 metros de longitud y 44 metros de altura -con una cúpula que se eleva hasta los 75 metros- se inauguró en 1905, tras diez años de trabajo, no sin cierta polémica. Como no podría ser de otra forma en una obra de estas características, durante su construcción, algunas voces la tildaron de extravagante.
Impulsada por el rey Leopoldo II y diseñada por Louis Delacanserie y Clement Van Bogaert, en 2009 se sometió a una minuciosa restauración que respetó fielmente su estructura original. Cuenta con un interior de auténtico lujo, con más de dos decenas de tipos de mármol y de piedra distintos. Un impactante estilo neobarroco, con la estructura de metal y cristal del vestíbulo, cuyos tragaluces lo inundan de luz natural, recibe además de pasajeros de cercanías y de rutas urbanas, a los procedentes del servicio de alta velocidad que une la ciudad flamenca con Amsterdam y París.
Grand Central Terminal, Nueva York (EE.UU.)
Imagen icónica de la Grand Central Terminal de Nueva York
Es, sin lugar a dudas, la estación de tren más famosa del mundo. Presente en algunas de las grandes películas de la historia del cine, como Con la muerte en los talones, de Alfred Hitchcock, la estación neoyorquina de Grand Central fue inaugurada en 1913, en pleno Manhattan, y es visita obligada para los turistas que viajan a Nueva York.
Luce unas espectaculares instalaciones -tiene el mayor número de andenes del mundo: 44-, y un vestíbulo envidiable, del que sobresalen unas elegantes escaleras de mármol en ambos extremos, una bóveda repleta de estrellas y un reloj de cuatro caras de latón sobre la cabina de información. Merecen atención también sus salas -la Biltmore, conocida como la sala de los besos, o la Whispering Gallery, popularmente denominada sala de los susurros-, o su pista de tenis... Entre sus numerosos servicios, se incluyen tiendas y establecimientos de restauración, como el centenario Oyster Bar o el Grand Central Market, con sus puestos de delicatessen.
Estación de São Bento, Oporto (Portugal)
Los azulejos cubren los muros de la estación de São Bento de Oporto
La estación de São Bento ocupa un magnífico edificio neoclásico junto a la Praça da Liberdade que en su día fuera un convento abandonado en el que, supuestamente, todavía deambula el fantasma de una monja. Las instalaciones fueron proyectadas por el marqués da Silva, que se inspiró en el París del siglo XIX, e inauguradas en 1916.
Tras su fachada de piedra se esconde un vestíbulo imponente que atesora la colección de azulejos más espectacular de Oporto; una composición formada por 20.000 piezas de mosaico que reproducen momentos históricos y escenas costumbristas. Su creador, Jorge Colaço, tardó más de una década en concluir la obra.
Estación de Haydarpasa, Estambul (Turquía)
La estación de tren de Haydarpasa se asemeja a un 'château' francés
Si un adjetivo describe a la perfección Haydarpasa este es elegante. Construida en terrenos ganados al estrecho de Bósforo y rodeada de agua por tres costados, su majestuosidad no hace sospechar que se trate de una estación de ferrocarril; más bien se asemeja a un distinguido edificio parisino.
Fue inaugurada en 1908, coincidiendo con el cumpleaños del sultán Mehmed V, en el barrio de Kadikoy –en el Estambul asiático-, y su estilo neoclásico alemán se mantiene intacto. La estación, diseñada por Otto Ritter y Helmut Conu, ha sido históricamente un espacio muy concurrido, pero, desde hace más de diez años, ya no se utiliza para trenes de pasajeros. A pesar de ello, continúa siendo una importante atracción turística.
Estación de Ushuaia (Argentina)
La estación de Ushuaia es la más austral del mundo
A diferencia de las estaciones anteriores, la de Ushuaia no sobresale por la espectacularidad de su edificación, pero sí por la singularidad de su ubicación. Conocida con el sobrenombre de la estación del fin del mundo, se ha convertido en una auténtica atracción turística, desde que a mediados del siglo pasado abandonara su función original: la de transportar mercancías a la prisión nacional de Ushuaia.
Situada en la Patagonia argentina, a siete kilómetros de la capital de la provincia de Tierra del Fuego, la ciudad más austral del mundo fue construida en 1909. Tras cuatro décadas de abandono, desde 1994, el tren vuelve a recorrer una parte del trayecto que se adentra en el parque nacional, descubriendo a su paso impresionantes bosques, costas y montañas.
Estación Chhatrapati Shivaji, Bombay (India)
Estación Chhatrapati Shivaji, un símbolo del esplendor indio del siglo XIX
Denominada en el pasado Victoria Terminus -todavía es conocida coloquialmente como VT-, la estación de Chhatrapati Shivaji simboliza el esplendor de la Bombay de finales del siglo XIX. De estilo neogótico victoriano e inspirada en Saint Pancras, fue inaugurada en 1888 tras diez años de trabajos dirigidos por el arquitecto F. W. Stevens, y su nacimiento supuso la puesta en marcha del primer servicio de pasajeros de la India.
Enclavada en pleno centro de la ciudad, esta maravilla histórica que comunica con los suburbios es transitada por tres millones de personas diarias. Tiene un exterior imponente de gárgolas y estatuas de piedra que reflejan dos mundos: el de Oriente y el de Occidente y, desde 2004, puede presumir de ser patrimonio de la humanidad.
Amsterdam Centraal (Países Bajos)
La estación de Amsterdam al caer la noche
Amsterdam Centraal, la estación más importante de la capital holandesa y una de ls más grandes de la Unión Europea, está enclavada en el corazón de la ciudad. Diseñada por Pierre Cuypers, el mismo arquitecto que proyectó el edificio del Rijksmuseum, es una impresionante construcción levantada sobre tres islas artificiales por la que pasan cada día más de 250.000 pasajeros.
La terminal, inaugurada en 1889, luce una fachada neogótica en la que destacan los escudos de Berlín, París y San Petersburgo, con las que estaba comunicada, y una cubierta de hierro forjado.
Estación de Hua Hin (Tailandia)
Estación de Hua Hin en Tailandia
Situada a dos horas y media de Bangkok, la estación de Hua Hin se ha convertido en toda una atracción. La terminal más antigua de Tailandia es un edificio colorido de estilo arquitectónico tailandés que en su día fue un elemento fundamental en el desarrollo de la ciudad.
El espacio más singular es la sala de espera real, pensada específicamente para el rey y su corte, construida a principios del siglo XX y reconstruida en estilo victoriano en 1926 por el entonces príncipe Purachatra Jayakara. Inicialmente, esta sala se encontraba en el palacio Sanam Chandra de Nakhon Pathom, pero las autoridades decidieron cambiar el emplazamiento.
Estación de Lieja Guillemins (Bélgica)
Santiago Calatrava es el arquitecto de la estación de Lieja-Guillemins
La última de las estaciones que proponemos en este artículo difiere totalmente de las anteriores. La firma el arquitecto valenciano Santiago Calatrava y es una imponente construcción que combina hormigón blanco, acero y vidrio. La primera de las terminales de la ciudad valona se remonta a 1842, pero desde entonces ha sido modernizada y reemplazada en diversas ocasiones -en 1988, 1905 y 1958-.
El 2009, se inaugura la estación Lieja Guillemins, que cuenta con nueve vías y nueve plataformas y recibe trenes de alta velocidad. El edificio, que tiene luz natural en todas las plantas, encarna los principios de comunicación y transparencia que, según Calatrava, deberían caracterizar a toda estación de ferrocarril.


