El tesoro mejor guardado de Portugal: una fortaleza medieval en lo alto de una colina a apenas media hora de España

Viajes

Una alternativa de interior en el país vecino es la fronteriza ciudad de Guarda, rodeada por la Serra da Estrela, ideal para los amantes de la naturaleza, el buen clima y la deliciosa gastronomía portuguesa

Ni Burdeos ni Provenza: la desconocida región francesa plagada de pueblos y castillos medievales a cuatro horas de España

Catedral de Guarda

Catedral de Guarda

Wikipedia

¿Sabías que a solo media hora de España se esconde una fortaleza medieval con vistas de vértigo y una gastronomía que cambia con las estaciones? Cuando se habla de turismo en el país vecino, lo primero que viene a la cabeza son las grandes ciudades de Lisboa y Oporto, además de la costa del Algarve. Portugal es un país rico en cultura, gastronomía y oferta turística: la calidez de su clima y sus gentes siempre es atractiva para los viajeros españoles. Las playas portuguesas son conocidas en toda Europa, pero lo que muchos ignoran es que el país mediterráneo también tiene mucho que ofrecer en lo que respecta al turismo de interior.

A apenas 40 kilómetros de la frontera con la provincia de Salamanca, al noroeste de Portugal, se encuentra la ciudad más alta (1056 metros) del país luso, Guarda. Situada en un distrito que lleva el mismo nombre y donde las montañas se mezclan con la brisa fresca, Guarda es un destino perfecto para aquellos que quieran hacer una escapada rápida desde el este de nuestro país.

Catedral de Guarda

Catedral de Guarda

Wikipedia

En Guarda, una pequeña ciudad de algo más de 40.000 habitantes según el Instituto Nacional de Estadística portugués, las murallas medievales envuelven un centro histórico de callejuelas de granito y plazas iluminadas por el sol. La altura de la cadena montañosa que la rodea, la Serra da Estrela, explica también parte de la magia: en verano, las vistas se extienden kilómetros y kilómetros; en invierno, la nieve cubre algunos los picos más altos de todo Portugal.

“Aunque menos frecuentada por los expatriados internacionales en comparación con las regiones costeras, Guarda atrae a quienes buscan un auténtico estilo de vida portugués, gracias a su ubicación estratégica cerca de la frontera española, que la convierte en un importante centro comercial y cultural”, explica el británico James Cave, residente en el país luso y fundador del portal online Portugalist, donde comparte consejos para futuros expatriados que anhelan mudarse a cobijo del sol mediterráneo.

¿Qué se puede ver en Guarda?

El barrio medieval de la ciudad cuenta con una impresionante arquitectura de granito, que incluye una catedral del siglo XIV, las antiguas murallas de la ciudad y cinco puertas históricas. También se puede visitar el Barrio Judío, que presenta ejemplos bien conservados de arquitectura y cultura judía en la Edad Media. “El barrio judío es uno de los aspectos más destacados. No se pierda el paseo por las calles estrechas, de hecho, es una razón para visitar el casco antiguo”, opina Alfredo, un turista panameño que visitó Guarda en 2020.

Presidiendo esta fortaleza medieval, se impone la Torre del Homenaje (Torre de Menagem en portugués), una construcción del siglo XIII ofrece vistas panorámicas de la ciudad y las montañas circundantes. “La estructura sirve tanto como monumento histórico como museo, en el que se exhiben artefactos de la historia militar de Guarda y se ofrece información sobre la importancia estratégica de la región”, añade Cave.

Lee también

Esta localidad de Castilla-La Mancha esconde un volcán desconocido por muchos que se puede visitar por dentro

Mònica Santiago Piera
El volcán Cerro Gordo, en Granátula de Calatrava (Castilla-La Mancha)

Además, a poca distancia en coche, se sitúa el Parque Natural de la Serra da Estrela, que ofrece la única estación de esquí de Portugal en invierno y excelentes rutas de senderismo en verano. El parque cuenta con paisajes muy variados, desde valles glaciares hasta lagos cristalinos, lo que lo convierte en un destino ideal durante todo el año para los amantes del aire libre.

Una gastronomía determinada por las cuatro estaciones

Guarda se visita mejor con el estómago vacío. Los amantes de la gastronomía han de saber que la comida en este rincón de Portugal sigue las estaciones, pero también la altitud. Entre los platos más reconocidos se encuentra el cabrito asado, servido de forma sencilla con aceite de oliva y hierbas locales en ocasiones especiales, o la trucha de río, también servida con aceite de oliva y ajo y conocida como “truta das ribeiras”.

Asimismo, en esta región se fabrica de forma artesanal el conocido como “queijo da serra”, un cremoso queso de leche de oveja protegido por la denominación de origen protegida (DOP) y que los locales prefieren disfrutar con pan regional y vino tinto. Para los días de montaña, no hay nada como degustar la “feijoca de Manteigas”, un sustancioso guiso de judías también típico de la región.

Lee también

Hagamos un adiós al frío: las aguas termales más calientes de España que son la escapada perfecta para este diciembre

Mònica Santiago Piera
La Hermida descansa entre los Picos de Europa

La mejor época para visitar Guarda si se piensa en llenar el estómago es el verano, ya que la ciudad acoge el Guarda Wine Fest, que destaca los vinos de la región y los productos locales. Se suele celebrar en el mes de julio, aunque la fecha de 2026 aún no está confirmada. Aunque la protagonista del festival más conocido de Guarda es la música blues. Vino, música, historia y naturaleza se aúnan en un destino único, cercano y poco conocido, convirtiéndose en la alternativa perfecta para huir del bullicio de la ciudad.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...