Cada verano, mientras muchas personas preparan sus maletas y se desconectan de la rutina diaria, otro fenómeno más silencioso y menos visible se intensifica: el abandono de animales. Según el informe Él Nunca Lo Haría, de la Fundación Affinity 2024-25, más de 292.000 perros y gatos fueron recogidos en 2024 en España, siendo 118.000 de ellos gatos. Esta cifra supone un aumento del 2% respecto al año anterior y marca un récord en los últimos cinco años. Y el 40% de estos abandonos se concentran en los meses de verano, coincidencia que no es casual.
Entre las causas más habituales se encuentran las camadas no deseadas, los traslados vacacionales y los cambios estacionales que dificultan la convivencia con los animales. Estos abandonos repercuten directamente sobre las colonias felinas urbanas, ya de por sí frágiles y muchas veces invisibilizadas por las administraciones. Aumentan los individuos, se tensan las dinámicas territoriales y las personas que los cuidan, las llamadas gestoras de colonias, ven multiplicada su carga emocional y logística.
Territorio felino: una estructura que se rompe
En la película animada Flow, un gatito debe abandonar su hogar tras una inundación y se enfrenta a la desorientación, el miedo y la soledad. Este relato refleja muy bien el estrés crónico y la vulnerabilidad que sufren muchos gatos tras el abandono. En el caso de las colonias felinas, estos nuevos individuos no solo llegan con traumas, sino que además alteran estructuras complejas de convivencia basadas en el territorio.
Los gatos organizan su vida en torno a dos conceptos clave: el “home range”, o área por la que se mueven a diario, y el “core”, o núcleo seguro donde buscan refugio y alimento. Introducir a un nuevo gato en una colonia establecida, especialmente si es un macho adulto, puede generar conflictos graves. Los gatos residentes tienden a rechazarlo, y las peleas pueden derivar en lesiones, transmisión de enfermedades y aumento del estrés; en definitiva, se desestabiliza toda la dinámica del grupo. El gato que abandonaste quedará solo, con muy poco alimento y nulas posibilidades de sobrevivir.
Introducir a un nuevo gato en una colonia establecida, especialmente si es un macho adulto, puede generar conflictos graves
De este modo, cuando aparece un gato nuevo en la colonia, lo primero es comprobar si lleva chip. Si no lo tiene, y no podemos hacernos cargo directamente de él, hay que contactar con asociaciones locales o con el propio ayuntamiento. En muchos casos, estos gatos pueden ser reubicados en casas de acogida temporales hasta encontrarles un hogar definitivo. Esta opción es mucho más recomendable que trasladarlos a refugios, donde el seguimiento se complica.
Propuestas para un verano digno, también para ellos
Durante el verano, las colonias felinas se enfrentan a múltiples desafíos: sobrepoblación, calor extremo, reducción de voluntarios y abandono inesperado. Para garantizar su bienestar, las propuestas pasan por hacer campañas de concienciación y esterilización preventiva antes del verano, y tejer redes locales de apoyo, grupos de relevo y planificación de descansos. También es necesario hacer una evaluación individual y una integración progresiva, así como buscar hogares alternativos cuando sea necesario. Frente al calor o la deshidratación, hay que buscar espacios con sombra, agua fresca y futuros adecuados, y de igual modo, hay que tener protocolos de actuación rápida, así como contacto con veterinarios y asociaciones.
Para mantener colonias saludablesdebemos tener en cuenta
1
Campañas de esterilización continuadas, con refuerzo en primavera
2
Mapas de colonias y censos actualizados
3
Coordinación entre entidades, voluntarias y administraciones
4Formación básica en comportamiento felino para cuidadoras
5Programas de adopción responsables y monitorizados
6Promoción del respeto comunitario: no dejar comida en recipientes visibles, evitar problemas de salubridad y actuar siempre desde la empatía
Estas acciones requieren coordinación entre cuidadoras, entidades y administraciones. Solo así se puede garantizar que cada gato, aunque invisible para muchos, tenga un verano digno.
La nueva legislación —Ley 7/2023 de protección de los derechos y bienestar de los animales— obliga a los ayuntamientos a gestionar las colonias felinas mediante programas CER (Captura, Esterilización y Retorno). Esta ley también impide el sacrificio de animales por falta de espacio o razones económicas, y reconoce el papel de las gestoras de colonias como agentes clave en el bienestar animal.
Fatiga por compasión: el coste emocional de cuidar
Durante el verano muchas cuidadoras sufren lo que se denomina “fatiga por compasión”. El agotamiento emocional por cuidar de seres vulnerables, en muchas ocasiones sin apoyo institucional ni social, puede llevar al desgaste, al aislamiento e incluso a la enfermedad. La Escala ProQuol IV adaptada al entorno animal identifica indicadores como insomnio, angustia, sentimientos de inutilidad o pérdida de sentido. Compartir estos síntomas y pedir ayuda es el primer paso para seguir cuidando sin dejarse la salud en el intento.
Por eso, es fundamental crear redes locales de colaboración. No estamos solas; muchas personas en los municipios alimentan gatos, aunque no lo hagan de manera oficial. Establecer contacto, coordinarnos y crear planes de relevo para vacaciones o emergencias puede marcar una gran diferencia. También es importante mantener rutinas estables, puntos de alimentación limpios y seguros, ofrecer sombra y agua fresca, y observar activamente el comportamiento de los gatos para detectar signos de enfermedad o conflictos.
El agotamiento emocional por cuidar de seres vulnerables puede llevar al desgaste, al aislamiento e incluso a la enfermedad
Invitamos a todas las personas gestoras de colonias a realizar el test de bienestar emocional adaptado al entorno animal (Escala ProQuol IV) y a compartir los resultados si desean orientación o acompañamiento. Este verano, no mires hacia otro lado. Organízate, pide ayuda, cuida de ti para seguir cuidando. No estás sola.
Desde la comunidad Mishilovers promovemos un espacio de compromiso y respeto. Creamos vínculos entre personas para que puedan apoyarse entre sí. No hay bienestar felino sin bienestar humano. Como dice el principio Ubuntu: “Yo soy porque nosotros somos”. Únete a nuestra comunidad y te mandamos el enlace al test para responder. Porque cuidar una colonia no es solo alimentar: es proteger, observar, sostener y, sobre todo, acompañar con empatía.