Laura Ramón, gestora de colonias felinas: “Rescatamos a unos gatos bebés y, cuando retornamos a la madre a la calle, en lugar de irse, se giraba y nos maullaba; era un profundo mensaje de agradecimiento”

Cuidado animal

Laura Ramón se volcó en la maternidad gatuna tras formarse como doula. Actualmente, además de ser capturadora, se ha especializado como nodriza y ayuda a las gatas embarazadas y a sus bebés

Los bebés gatunos recién nacidos bajo los cuidados de Laura Ramón tienen un hogar donde vivir.

Los bebés gatunos recién nacidos bajo los cuidados de Laura Ramón tienen un hogar donde vivir.

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Después de ser madre, Laura Ramón se formó como doula, un rol cuya función es orientar y prestar apoyo físico y emocional a otra mujer, especialmente durante su proceso de embarazo. Veía clara la necesidad de que las madres lactantes y embarazadas tuvieran un entorno tranquilo, y se dio cuenta que no solo en los casos humanos. Ella, que ya estaba inmiscuida en el mundo gatuno, lo vio claro. ¿Por qué las gatas no tenían estos espacios de cuidado para traer al mundo a sus crías? Así, poco a poco, fue especializándose en este campo como nodriza, y a sus 37 años ayuda a las gatas gestantes de la zona del Maresme en su camino a la maternidad.

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¿Cómo empezó tu vínculo con los gatos comunitarios? ¿Qué te llevó a implicarte tan activamente en su cuidado?

Estuve bastante tiempo pensando en implicarme con el mundo de los gatos comunitarios, pero una parte de mi dudaba por miedos y por el esfuerzo emocional y económico que muchas veces supone. Aun así, todo empezó de la forma más azarosa del mundo. Un día paseando cerca de mi casa vi una gata muy embarazada, contacté con la concejal de bienestar animal de mi municipio para avisarla y ya empecé mi trabajo de indagación sobre esa felina y todas las que vinieron detrás. Desde ese momento me he dedicado sin parar a cuidar de los gatos comunitarios, pero sobre todo a mamás y sus bebés.

Actualmente colaboras profesionalmente con el Ayuntamiento de Sant Cebrià de Vallalta. ¿Qué tareas asumes como capturadora? 

Ser capturadora es la punta de un iceberg muy grande. Poner una jaula y trabajar para que un gato/a entre dentro, es lo que más salta a la vista de puertas a fuera. Detrás se esconde un enorme trabajo de gestión, coordinación, indagación y, sobre todo, observación. Observar es el mayor recurso para extraer información sobre estos felinos.

Ser capturadora es la punta de un iceberg muy grande, pero detrás se esconde un enorme trabajo de gestión

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¿Cómo es tu día a día en este rol, y qué apoyo te proporciona la red Mishilovers?

Mi día a día es muy variable: planifico semanalmente mi previsión o idea de lo que habría que capturar y establezco prioridades según van surgiendo novedades (miembros nuevos, colonias sin controlar, cachorros, gatos enfermos, etc.). Y Mishilovers me proporciona el apoyo logístico y de coordinación, a la vez que la capacidad de autonomía de gestionar mi propio tiempo según mi disponibilidad y necesidades. Mi trabajo se limita a gestionar colonias y capturar, ya que no tengo que ocuparme de la parte más burocrática y de marketing y eso quita peso de encima.

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¿Qué retos has encontrado a la hora de organizar el control de colonias en el municipio? ¿Cómo los has superado?

Siempre se presentan retos cuando tu trabajo depende de seres vivos. Por más que puedas planear una acción, el gato o gata acaba teniendo la última palabra. Esto, que parece tan evidente, a menudo no se tiene en cuenta. Luego hay otros retos más obvios como la dificultad de acceso a ciertas colonias dada la orografía, otras colonias que no tienen rutinas de alimentación establecida o gente que no apoya tu labor y dificulta que tu trabajo se desarrolle con fluidez y normalidad. De ahí el iceberg que decía anteriormente.

¿Cómo los has superado?

Todos estos retos requieren de más tiempo del que podría ser habitual; de paciencia y mucha perseverancia. Otras veces hace falta reinventarse y buscar otras opciones para llegar al mismo sitio, como atar la jaula trampa a un árbol para evitar que vaya pendiente abajo. Trabajar con gatos requiere de doble esfuerzo: pensar en qué necesitas tu y anticiparse a lo que posiblemente hagan ellos o aquello que pueda ocurrir si consigues capturar.

Trabajar con gatos requiere de doble esfuerzo: pensar en qué necesitas tu y anticiparse a lo que posiblemente hagan ellos

Laura Ramón

Una parte muy especial de tu labor es la atención a gatitas embarazadas y a sus bebés.

Me atrevería a decir que es la parte que más disfruto y la que más me mueve. Siento que todas las maternidades se viven a escondidas y son invisibilizadas. Lo mismo con la infancia, que no hay espacio para ella. Cuidar y proteger estas etapas es casi mi misión de vida. Me formé como doula después de ser mamá y acompañé a mujeres en su proceso de maternidad. Empecé con los gatos callejeros y, casi sin darme cuenta, vi que estaba haciendo lo mismo con las gatas ferales. Proteger esta etapa tan vulnerable es mi finalidad.

¿Cómo gestionas los casos que requieren de acogida y socialización?

Brindo cuidados a las mamás para que ellas solo tengan que preocuparse de cuidar a sus bebés, sin necesidad de desplazarse a por alimento, sin la sensación de peligro constante. A la mayoría de ellas no llego a tocarlas nunca. Cuando los bebés crecen, empiezo a socializarlos poco a poco. A menudo requiere de una separación algo temprana de sus mamás, porque ellas necesitan volver a su hábitat, a la calle. Pero el futuro de esos bebés será diferente, podrán tener un hogar donde vivir.

Laura Ramón ayuda a las gatas gestantes en su proceso de embarazo.

Laura Ramón ayuda a las gatas gestantes en su proceso de embarazo. 

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Además de capturar y esterilizar, haces un gran trabajo con las protectoras locales para buscar adopciones responsables. ¿Cómo es ese proceso de colaboración?

La colaboración forma una parte indispensable en toda labor animalista. Contacto con entidades locales que puedan darme el cobijo legal necesario para que esos cachorros que he cuidado y, a veces, he visto nacer, puedan ser adoptados de forma responsable. Algunas sólo pueden ayudarme con la difusión, alguna otra me ayuda con el trámite de adopción. Difícilmente cambiaremos el futuro de un gato/a feral adulto, pero para mí es necesario que esos bebés tengan una oportunidad mejor que sus progenitores. Es un gesto donde todas ganamos: las gatas se esterilizan y vuelven a su medio, los bebés tienen un futuro mejor y los ayuntamientos se ahorran dinero al no tener que atender a esos nuevos miembros de cuatro patas.

¿Y el proceso de adopción?

A través de estas asociaciones locales formalizamos un contrato de adopción donde entregamos a los cachorros a partir de dos meses de edad. Que salgan con chip, vacuna y compromiso de esterilización no solo es esencial para nosotras, sino que también es lo que establece la nueva ley de bienestar animal 7/2023.

Cuando los gatos bebés crecen, empiezo a socializarlos poco a poco; a menudo requiere de una separación algo temprana de sus mamás, pero esos bebés tendrán un hogar donde vivir

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¿Qué aprendizajes te ha dado el vínculo con los cachorros y sus mamás?

Infinitos. Tenemos mucho que (re)aprender del mundo animal. Al final, te das cuenta de que no somos tan diferentes en esta etapa. Las mamás necesitan tranquilidad, cobijo y alimento accesible. Los cachorros precisan de lleno a sus mamás para crecer y empezar a descubrir el mundo bajo su protección. Te das cuenta de la magia de la vida, de la pureza de estos seres que sencillamente son y siguen sus instintos, sin condicionamientos.

¿Alguna historia que te haya marcado especialmente?

La historia que recuerdo con más amor fue el verano pasado cuando me pasaron un aviso de unos bebés. Fui a rescatarlos y apareció la mamá. Decidí llevármelos a todos para que ellos pudiesen seguir lactando. Detrás de una madre protectora, descubrí con los días a una madre amorosa y prudente. De forma inverosímil, gané antes la confianza de la madre que de los bebés. Al cabo de unas pocas semanas la esterilizamos y la retornamos allí donde la capturé. Salió del trasportín cautelosa, olisqueando el entorno, mientras nos miraba. Empezó a andar hacia el terreno de donde salió. Iba parándose, girándose y maullándonos. Así hasta que dejamos de verla. Nos caían las lágrimas porque estábamos recibiendo su mensaje de profundo agradecimiento. Ha sido, hasta día de hoy, la experiencia que más me ha llenado el corazón. La pudimos ayudar, le dimos cobijo y cuidados, la retornamos a su colonia y sus bebés ahora son unos gatos adultos preciosos que viven con sus familias.

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 ¿Qué tipo de apoyo te gustaría recibir más por parte de la administración local o de otras entidades para seguir cuidando de los gatos como lo haces?

Sin duda el apoyo que más necesitamos las gestoras es el económico. Tenemos a cargo numerosos gatos que mantenemos, de los que en muchas ocasiones los gastos veterinarios también corren a nuestro cargo. Que un ayuntamiento ahora solo se implique en hacer un plan CER es completamente insignificante. Estamos cuidando y alimentando a sus gatos y eso no debemos olvidarlo.

¿Se puede mejorar?

Estamos lejos de otros países europeos, donde todas las gestoras están reconocidas y protegidas por ley. Aquí somos las últimas en atender por la mayoría de los ayuntamientos, somos igual de invisibles que sus gatos. Lo que las instituciones no quieren reconocer es que, sin nuestro trabajo, todas las colonias estarían más superpobladas y en condiciones todavía más lamentables a nivel de salud y de higiene del entorno. Sin dinero, sin reconocimiento y con poca colaboración, se hace insostenible llevar a cabo nuestra misión con dignidad. Sí, no digo con comodidad, digo sencillamente dignidad.

Con una buena gestión, las colonias dejarían de estar superpobladas, los gatos recibirían atención veterinaria digna y las gestoras estaríamos reconocidas

Laura Ramón

¿Qué consejos darías a una persona que quiere empezar a ayudar con colonias felinas en su municipio? ¿Qué es importante tener en cuenta?

Mi consejo siempre es que debemos abarcar aquello que podamos sostener. Que debemos tejer red y nunca trabajar solas. Hacer comunidad es indispensable en esta tarea tan invisible. Aprender a cuidarse una misma es lo más importante y hay días que se desea tirar la toalla, otros que el corazón nos explota de alegría. Perseverar es lo que nos hace falta y adaptar el ritmo a nuestro bienestar propio. En esta tarea tan intensa a nivel físico y emocional, cuidarse pasa a ser imprescindible. Parte de este cuidado también es poner límites y ser conscientes que no podemos llegar a todo. A la vez, saber que todo aquello que hagamos, será de la mejor manera posible, dentro de lo que sabemos, podemos y nos dejen hacer.

En momentos duros, cuando las emociones pesan o los recursos faltan, ¿qué te ayuda a seguir adelante?

Pensar que por pequeña que sea nuestra acción, puede representar un efecto mariposa. Un pequeño grano de arena es más que ninguno. A veces lo olvidamos. Yo hay días que lo olvido, pero de nuevo quiero conectar con esta sensación. Toda buena acción que nace del corazón no puede hacer más que sumar. Aquí estamos, aquí seguimos y continuamos siendo las guardianas de los felinos.

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¿Cómo sueñas que sería un municipio si existiera una gestión ideal de las colonias? ¿Qué cambiaría?

Sin duda cambiaría todo. Las colonias dejarían de estar superpobladas, los gatos recibirían atención veterinaria digna, se nos pagaría su manutención, las gestoras estaríamos reconocidas y, quien sabe, si hasta nos pagarían por la labor que llevamos a cabo los 365 días del año. En definitiva, el ecosistema volvería a un mejor equilibrio. Sin duda estamos muy lejos de llegar aquí, pero el camino continua para que todo esto esté cada vez más cerca. También para que tanto instituciones como población en general cambien la mirada hacia los gatos comunitarios y sus guardianas.

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