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Marisé Morera, veterinaria y psicóloga: “En la Dana, la gente se derrumbaba cuando le decíamos que su mascota estaba fuera de peligro; el anclaje emocional eran sus animales”

Testimonios

Como veterinaria y psicóloga, Morera ha aprendido infinidad de cosas que le han enseñado los animales. “Nos educan a ampliar nuestra capacidad humana para generar poderosos vínculos afectivos. Son maestros de vida”, asegura

Marisé es veterinaria y psicóloga. 

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Su sonrisa es contagiosa. Su alegría serena cuando habla de sus queridos animales refleja autenticidad y convicción plena. Marisé Morera tiene 43 años y vive en la ciudad de València. Como veterinaria y psicóloga ha aprendido infinidad de cosas que le han enseñado los animales, como ella misma explica, y se ha relacionado emocionalmente no solo con perros, gatos y caballos, sino también con animales marinos como morsas y belugas.

Antes de ser veterinaria siempre tuvo una sensibilidad y una conexión muy especial con los animales…

Desde que tengo uso de razón. Y además establezco esa relación de cercanía con cualquier animal, caballos, animales marinos como belugas, morsas, focas, peces… Estuve un año trabajando en el Oceanográfico de Valencia. La verdad es que se establecen relaciones de gran conexión con todos ellos. Con las belugas y las morsas jugábamos con pelotas. Eran pequeñas, y para que no se aburrieran las hacíamos entrar en dinámicas de juegos muy interesantes, y podíamos sentir perfectamente como se divertían y se entretenían.

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La relación con cualquier animal es increíble, no todo se reduce a los perros y los gatos.

Las belugas atendían por su nombre, cuando yo las llamaba venían hacia mí. Reconocen los sonidos perfectamente. Les ponía una mano cerca y me la acariciaban. Saben transmitir afecto y ternura, poseen en su ser interior una gran dimensión sensorial.

Tiene un amigo con un rancho de caballos en Denia que practica Equinoterapia.

Trabaja con niños con diversidad funcional, y les ayuda a nivel de psicomotricidad y también a nivel mental. Se suben encima del cabello, lo acarician, juegan con el animal, y en toda esa rica experimentación evolucionan muy positivamente, en esa interacción sensitiva.

Las belugas atendían por su nombre, cuando yo las llamaba venían hacia mí

Marisé MoreraVeterinaria y psicóloga

Usted siempre ha vivido con muchos animales diferentes…

He llegado a tener, en un mismo periodo de tiempo, perros, gatos, loros, y tortugas, todos juntos coexistiendo con una armonía absoluta.

Con los perros se conecta emocionalmente de una manera muy directa.

Tenía una genial perra husky, y lo cierto es que no necesitábamos casi nada para comunicarnos. Ella me entendía tan solo con mirarme, percibiendo mi lenguaje no verbal y descodificándolo en sus propios parámetros.

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Marisé Morera y su peludo. 

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Es profesora de veterinaria en la universidad y ha trabajado muchos años en hospitales.

Y ahora estoy haciendo un doctorado en la propia universidad, precisamente a raíz de los desastres que vivimos en la Dana valenciana. Presenció momentos terribles. Muchas personas lograban sostener su presión emocional gracias a tener animales en sus casas.

Había personas con ataques de pánico y de ansiedad…

Y sobrellevaban más o menos bien ese infierno que estaban viviendo gracias a sus perros y a sus gatos. Recuerdo perfectamente que a nosotros, los veterinarios que les atendíamos, nos hacían sentir su enorme preocupación en relación con sus animales. Nos manifestaban que no podrían soportar verlos heridos, ni mucho menos constatar que se los había llevado la Dana, que habían desaparecido.

Durante la Dana valenciana, muchas personas lograban sostener su presión emocional gracias a tener animales en sus casas

Marisé MoreraVeterinaria y psicóloga

Usted dividía a su equipo por grupos, iban a ver la situación casa por casa.

Cuando llegábamos ahí, muchas personas rompían a llorar. Estaban muy frágiles, y su soporte emocional era su perro o su gato. Cuando les comunicábamos que su mascota estaba fuera de peligro, la gente se derrumbaba. El anclaje emocional eran sus animales, nos transmitían que eran esenciales para ellos.

También trabajaban con psiquiatras, porque había gente que por las riadas habían perdido su medicación…

Claro, y vivían mal sin esa química en sus cuerpos que les equilibraba. Podían pasarse días así, sin medicamento alguno. Había personas muy inestables, a nivel médico, porque a lo mejor llevaban más de una semana sin poder medicarse.

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Crearon equipos interdisciplinarios.

Psiquiatras, médicos, veterinarios... Todos estábamos al servicio de la causa, de aquel cataclismo indescriptible. Había familias enteras con ataques psicóticos porque estaban convencidos de que a su animal le había sucedido algo terrible. Caían en un bucle emocional oscuro y teníamos que rescatarlos de ahí.

Ya lleva unos veinte años como veterinaria.

Mi aprendizaje esencial es que, gracias a tener un animal, los seres humanos descubren que pueden amar a un ser vivo como jamás habían imaginado antes. Los animales nos educan a ampliar nuestra capacidad humana para generar poderosos vínculos afectivos. Son maestros de vida. Ellos son los que realmente nos inspiran a nosotros. Se trata de una gran pedagogía del amor. Descubrirte a ti mismo en tu animal.