Robert Habeck, vicecanciller alemán, sobre el cambio de opinión de Elon Musk: “Ahora ve que sus propias empresas se van a derrumbar por el desastre que han creado”
Guerra comercial
El fundador y CEO de Tesla se aleja de Donald Trump al criticar su política proteccionista y a sus asesores económicos
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Robert Habeck, ministro saliente de Economía y Clima en Alemania, arremete contra Elon Musk por su cambio de postura sobre los aranceles entre EE.UU. y Europa, que atribuye al desplome de sus empresas

La caída de ventas de Tesla en Europa y China ha sido un golpe duro para la compañía de Elon Musk. Las pérdidas económicas que ha sufrido la marca en estos mercados han forzado al magnate a reconsiderar algunas de sus posturas, y por primera vez desde que comenzó a asesorar a Donald Trump, Musk ha tomado distancia con el presidente estadounidense. El CEO de Tesla ha pedido la eliminación de los aranceles entre Europa y Estados Unidos, un gesto que desde diversos sectores se ve como un signo de debilidad y temor por los problemas financieros que atraviesa su empresa.
Este cambio de actitud ha sido interpretado por Robert Habeck, todavía vicecanciller en funciones y ministro saliente de Economía y Clima en Alemania, como una clara muestra de “debilidad y quizás miedo” de Elon Musk, quien, según el político alemán, ahora parece reconocer que el caos generado por las políticas comerciales de Donald Trump podría terminar afectando gravemente a sus propios intereses.

Habeck subrayó que si Musk tiene algo que decir sobre los aranceles, debería dirigirse directamente a Trump para poner fin a la guerra comercial antes de plantear la eliminación de aranceles. “Ahora ve que sus propias empresas, e incluso las economías, se desmoronan por el desastre que ha causado. Así que tiene miedo”, añadió el exvicecanciller alemán.
La caída global de ventas de Tesla refleja el giro de Musk hacia un libre comercio tras sus críticas a Trump
Tesla pincha en los mercados
La drástica caída de ventas de Tesla a nivel mundial, especialmente en Europa y China, ha afectad gravemente a la compañía de Elon Musk. En el primer trimestre de 2025, Tesla experimentó una pérdida del 45% en Europa y un 49% en China, en comparación con el mismo periodo del año anterior. En paralelo, las marchas chinas han aumentado considerablemente su presencia en el mercado europeo.

Según datos de Jato Dynamics, las marcas de coches eléctricos chinas han experimentado un crecimiento del 72% en sus ventas en Europa durante 2024, alcanzando una cuota de mercado del 11%. Este ascenso ha continuado en 2025, con un aumento del 52% en enero, mientras que las ventas de Tesla caían un 45% en el mismo periodo. Este panorama ha llevado a Musk a distanciarse públicamente de la administración Trump, pidiendo la eliminación de aranceles en Europa y Estados Unidos.
El pinchazo de Tesla en los mercados europeos coincide con el aumento de ventas de las marcas chinas
El fin de semana pasado, Musk hizo un llamamiento público para eliminar los aranceles entre Europa y Estados Unidos, expresando su deseo de que ambos continentes establezcan una “zona libre de comercio”. En un acto virtual organizado por el partido derechista italiano de la Liga, el magnate argumentó que esta asociación más estrecha podría ser beneficiosa para ambos lados del Atlántico. Además, sugirió que los trabajadores podrían moverse con más libertad entre Europa y América del Norte para aprovechar mejor las oportunidades laborales.
Estas declaraciones marcan un giro nada casual en la postura de Musk, ya que es la primera vez que se desmarca tan claramente de la política proteccionista de Donald Trump. De hecho, Musk criticó públicamente a Peter Navarro, uno de los asesores económicos del presidente norteamericano, publicando un tuit en el que descalificaba su formación académica y cuestionaba su capacidad para gestionar las políticas comerciales de Estados Unidos.
Pero pese a los lamentos de Musk, la administración Trump se mantiene firme en su postura proteccionista y no parece estar dispuesta a retroceder. El presidente ha fijado un arancel del 25% a productos manufacturados en la Unión Europea, incluidos los automóviles, lo que ha llevado a la UE a anunciar que está preparando medidas de represalia, con el objetivo de proteger sus intereses comerciales y equilibrar el impacto de estos aranceles sobre su economía.