Eduard Conti, economista y asesor financiero: “El coche puede convertirse en un agujero económico, no se deben dedicar más del 10-15 % de los ingresos”
Entrevista Moveo
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Eduard Conti, economista experto en finanzas familiares, invita a repensar la necesidad real de tener coche
Descubrir el coste real de un coche puede sorprender más de lo esperado. A la hora de afrontar una compra de este calibre tenemos en cuenta una serie de parámetros evidentes -precio de salida, financiación, consumo...-, pero nos olvidamos de otros gastos que van apareciendo con el tiempo que ponen a prueba nuestro equilibrio financiero. De hecho, pocas decisiones de consumo implican una carga emocional tan grande y, al mismo tiempo, tantos gastos inesperados como adquirir un coche.
Eduard Conti, economista y especialista en finanzas personales con una larga trayectoria asesorando a familias, analiza por qué tener coches es demasiadas veces una decisión automática que merecería una reflexión mucho más profunda. En su experiencia, replantearse esta elección permite ahorrar dinero y preocupaciones, y puede ser la clave para descubrir alternativas quizá más convenientes para muchas familias.

¿Tener coche es realmente una necesidad?
En algunos casos sí, sobre todo cuando el transporte público no da respuesta suficiente a las necesidades diarias. Pero en otros, tener coche es más bien una costumbre o incluso una excusa. Estamos muy acostumbrados, socialmente, a tener uno. Y hay otro factor que no debemos pasar por alto, que es el componente irracional, ya que para muchas personas, tener coche forma parte de su guion de vida sin más.
¿Hasta qué punto supone un esfuerzo económico para las familias?
Según el INE, las familias españolas destinan un 11,6 % de su gasto al transporte, y el 90 % de esa partida corresponde al transporte privado. Eso significa que el coche se lleva, de media, un 10,5 % del gasto familiar. Pero claro, es una media. En familias con ingresos bajos o medios-bajos, este porcentaje puede superar el 20 %, lo cual es altísimo. Lo recomendable sería no dedicar más del 10-15 % de los ingresos mensuales al coche.
¿Por qué cuesta tanto contener ese gasto?
Porque muchas veces se impone la parte emocional. Cuando tomamos decisiones económicas, nos movemos entre lo analítico y lo impulsivo. Y con el coche gana lo emocional. Es un símbolo de estatus. Hay personas que dicen: “Este coche no me lo compro porque lo puede tener cualquiera”. Esa necesidad de diferenciación nos lleva a gastar más de lo que deberíamos.
Lo ideal sería no destinar más del 10 o 15 % de los ingresos mensuales al coche”
¿Qué errores cometemos al calcular el coste real de tener un coche?
El principal es que no lo calculamos bien. Pensamos solo en la gasolina o la electricidad, pero hay mucho más: mantenimiento, reparaciones, impuestos, seguros, imprevistos… Y el gran olvidado: la depreciación. Si compras un coche nuevo por 20.000 euros y lo vendes a los 5 años por 12.000, has perdido 8.000 euros. Esos 1.600 euros anuales también forman parte del coste.
¿Por qué no tenemos en cuenta esa depreciación?
Porque no la vemos. Como no hay un pago directo, no se percibe como gasto. Pero es un coste real y muy importante. Afecta directamente a la comparación entre opciones: coche nuevo, de segunda mano, renting... Si no tienes en cuenta todo, no puedes comparar bien.
¿Qué impacto ha tenido el mercado en los últimos años?
El precio de los vehículos ha subido muchísimo. Hace 10 años la depreciación no se notaba tanto porque el precio de compra era más bajo. Ahora, con precios tan altos, la pérdida de valor puede ser mucho mayor. Además, entran en juego los eléctricos e híbridos, que todavía no sabemos cómo se depreciarán en 5 años.

¿Cuál sería el orden correcto para decidir si comprar un coche?
Como economista, siempre empezaría por saber cuánto puedes gastar. Pero la mayoría hace lo contrario: mira coches, se ilusiona, y luego intenta encajar la compra con su realidad financiera. Lo correcto es empezar por tus ingresos, tus gastos, ver cuánto puedes destinar, y a partir de ahí analizar opciones. Incluso sin ser experto, hoy en día puedes hacer una estimación bastante ajustada con ayuda de la inteligencia artificial y ciertas aplicaciones. Y sobre todo, no dedicar todos tus ahorros a la compra ni recurrir a un crédito sin haber calculado el impacto real de la cuota mensual.
¿Qué opina del renting, ahora que está tan extendido?
Puede ser una buena opción, sobre todo para personas que pueden sacarle partido fiscal, como los autónomos. Pagan una cuota fija mensual durante 3, 4 o 5 años, que incluye seguro, impuestos, mantenimiento... A nivel de planificación financiera, saber lo que vas a pagar cada mes ayuda mucho. Además, no te llevas sorpresas y puedes prever mejor tu economía.
¿Y qué riesgos hay con los préstamos para coches?
Son muy elevados. Se ha normalizado pagar un 8–10 % TAE en préstamos para coches, cuando una hipoteca puede estar al 2 %. El sector del automóvil se ha convertido en un negocio financiero. Las marcas prefieren vender a crédito porque ganan con los intereses. Antes de firmar nada, hay que estudiar muy bien cuánto te va a costar esa cuota mensual durante 6, 7 o incluso 10 años.
Primero hay que saber cuánto puedes gastar; no buscar coche y luego justificar la compra”
Y leer con atención la letra pequeña…
Cierto. Muchas veces la letra pequeña de los contratos oculta una entrada inicial alta o un pago final elevado, y eso distorsiona la percepción del coste real. Es un autoengaño compartido. El concesionario te pone en grande la cuota mensual, que parece asumible, y en letra pequeña te esconde la entrada de 10.000 euros y un pago final de otros 5.000. Tú lo ves, pero prefieres no mirar. Es como si quisieras que te engañen un poco, porque eso te permite justificar la decisión emocional de comprar el coche.
¿Qué papel juegan las aseguradoras?
La gente suele actuar de forma pasiva, pero hay que revisar las condiciones cada año. Estamos viendo subidas del 15-20 % aunque no hayas tenido siniestros. A veces, solo con una llamada puedes ahorrarte 200 euros. Y hay otro aspecto importante: cuando contratas una póliza a terceros para ahorrar y luego tienes un siniestro que no cubre, puedes arrepentirte mucho. La tranquilidad también se paga. Y vale la pena anticiparse. Si te informas dos meses antes de la renovación, tu correduría puede negociar una mejor prima.

¿Qué consejo daría a quien esté valorando comprarse un coche?
Ser realista. Hacer un ejercicio de autoconocimiento financiero. No descapitalizarse del todo, no comprar a crédito si no es estrictamente necesario, y sobre todo entender que cada euro que va al coche es un euro que no podrás destinar a otras cosas: unas vacaciones, una reforma en casa, el tratamiento dental de tus hijos... Muchas familias no son conscientes de lo que realmente les está costando tener coche. Además, tener un coche que apenas se usa puede ser un lujo injustificado en presupuestos ajustados. Hay que preguntarse si realmente lo necesitas o si es una decisión movida por costumbre o estatus.
Entonces, ¿tener coche es un lujo?
Puede ser una necesidad, sobre todo si dependes del transporte público y vives en zonas mal conectadas. Pero como decisión financiera debe ser consciente. Tener coche es legítimo, pero hay que entender el coste global de todo el ciclo de vida del vehículo. Si no planificas bien, el coche puede convertirse en un agujero económico que dure años.

