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Xavier Giménez, profesor de Química de la Universitat de Barcelona: “Para combatir la crisis climática, el coche eléctrico no es una opción, es la solución”

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El profesor de Química Ambiental de la UB, Xavier Giménez, cree que los coches eléctricos son una solución para combatir el cambio climático

El profesor de Química Ambiental de la UB, Xavier Giménez, cree que los coches eléctricos son una solución para combatir el cambio climático

Que el futuro de la movilidad es eléctrico es algo que nadie pone en duda. La manera cómo nos moveremos en las próximas décadas dependerá cada vez más de la electricidad y de las redes energéticas más limpias. Será un escenario que pondrá fin a la dependencia de los combustibles fósiles y reducirá drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, transformando irremediablemente la forma en que vivimos y nos desplazamos.

El coche eléctrico ya se posiciona como la opción más eficiente y limpia, y no hay duda de que es menos contaminante que un vehículo de combustión, como lo reconoce la etiqueta Cero de la DGT, aunque persiste cierto debate sobre si, considerando todo su ciclo de vida, también genera un impacto ambiental elevado.

La movilidad sin emisiones se abre paso, aunque todavía lo hace a un ritmo muy lento
La movilidad sin emisiones se abre paso, aunque todavía lo hace a un ritmo muy lentoAEDIVE / Europa Press

La principal crítica que se ha hecho a los vehículos eléctricos de batería (VEB) se centra en la fase de producción, especialmente en la fabricación de las baterías de iones de litio. “Es cierto que la producción de un vehículo eléctrico genera más emisiones iniciales que un coche de combustión. Esto se debe al consumo energético de la extracción de litio, cobalto, níquel o grafito, y al proceso de ensamblaje en las gigafactorías”, explica Xavier Giménez, profesor de Química Ambiental de la Universitat de Barcelona (UB).

La huella de carbono de un coche eléctrico es mucho menor que la de un vehículo de combustión, incluso usando la red eléctrica actual

Sin embargo, esta “deuda de carbono” se amortiza rápidamente durante la fase de uso. Mientras un vehículo tradicional de motor de combustión interna (VCI) emite de forma constante gases de efecto invernadero, un eléctrico solo genera emisiones indirectas vinculadas a la electricidad con la que se carga. Según este divulgador científico, autor del libro El aire que respiramos,  “cargar un vehículo eléctrico en una red eléctrica mixta típica, actual, resulta en 50 g CO2/km. Si bien no es cero, esta cifra ya es 3,6 veces menor que las emisiones operativas del coche de combustión”.

Los vehículos de combustión emiten constantemente gases de efecto invernadero 
Los vehículos de combustión emiten constantemente gases de efecto invernadero Midas

Esta es la ventaja principal del vehículo eléctrico. A medida que la red eléctrica se vuelve más limpia, también lo hace cada eléctrico conectado a ella. Incluso hoy, la ventaja masiva del VEB en la fase de uso es más que suficiente para pagar su “deuda” de producción inicial. Una simple comparación de este escenario de referencia asigna al VCI 215 g CO2/km, por 105 g CO2/km para el VEB, lo que lo hace el doble de limpio a lo largo de su vida, incluso bajo el mix energético actual, admite el químico.

La combinación de energías renovables y reciclaje de baterías convierte al coche eléctrico en la opción más sostenible 

El verdadero potencial del coche eléctrico se revela cuando se consideran escenarios de transición energética más avanzados. “A medida que la red eléctrica se descarbonice, la ventaja ambiental de los vehículos eléctricos crecerá de forma exponencial. No solo en la fase de uso, incluso la producción de baterías se volverá más limpia gracias a procesos industriales electrificados y al uso de energías renovables”, afirma el profesor de la UB.

La fabricación de las baterías de los coches eléctricos será cada vez más limpia conforme la red eléctrica se descarbonice
La fabricación de las baterías de los coches eléctricos será cada vez más limpia conforme la red eléctrica se descarboniceTerceros

En escenarios optimistas, donde la energía utilizada para fabricar y cargar los vehículos provenga completamente de fuentes renovables, la huella de carbono de un VEB puede llegar a ser hasta cinco veces menor que la de un coche de combustión equivalente. Además, la implementación de una economía circular en el reciclaje de baterías reduce aún más el impacto. “Cuando reciclamos de forma completa las baterías al final de su vida útil, evitamos nueva minería y generamos un crédito de carbono que refuerza la sostenibilidad del vehículo eléctrico”, explica Xavier Giménez.

Esta progresión muestra una diferencia fundamental. Mientras la huella de carbono de los coches de combustión es intrínseca e imposible de eliminar, el impacto de los eléctricos es extrínseco y mejorable mediante avances tecnológicos y transición energética. 

Por ello, para cualquiera genuinamente preocupado por la crisis climática, la elección del coche eléctrico no es solo más limpia hoy, sino que seguirá mejorando con el tiempo. Como concluye el profesor, “para combatir la crisis climática, el coche eléctrico no es una opción, es la solución”. Y añade: “Cada kilómetro recorrido con un eléctrico es un paso hacia un transporte más sostenible, y el futuro del transporte limpio es, sin duda, eléctrico”.

Recientemente, el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT) ha publicado un estudio en el que compara el impacto medioambiental de los vehículos de combustión interna con los híbridos y eléctricos en toda su vida útil. Para ello, tiene en cuenta las emisiones de gases de efecto invernadero generadas durante su proceso de fabricación, el uso del vehículo, la producción del combustible y la electricidad utilizados por cada vehículo, el mantenimiento y el reciclaje del automóvil y sus baterías.  

Un operario trabaja en la reparación de una batería de coche eléctrico en un taller especializado
Un operario trabaja en la reparación de una batería de coche eléctrico en un taller especializadoAutocraft

El trabajo concluye que si bien un coche eléctrico es más contaminante que uno diésel o de gasolina durante el proceso de fabricación,  esto queda compensado tras recorrer 17.000 kilómetros, es decir, entre uno y dos años de conducción. La huella de carbono durante su vida útil es un 73% menor que la de uno gasolina o diésel, una diferencia que aumenta al 78% si el eléctrico se carga con fuentes de energías renovables.

El estudio estima que las emisiones de un coche eléctrico durante su ciclo de vida son de 63 gramos de CO2 por kilómetro, un 24% menos que en 2021. Esta mejora se atribuye a la mayor eficiencia de los propios vehículos eléctricos y a los avances en la generación de electricidad con la aportación creciente de fuentes renovables.