Miguel de Lys, divulgador: “La ley de Poe viene a decir que, en Internet, la gente no pilla la ironía, salvo que sea muy evidente, lo que explica por qué se toma en serio las fake news”

Leyes no escritas

Miguel de Lys explica las leyes no escritas de Internet

Miguel de Lys explica las leyes no escritas de Internet

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Internet está en continuo movimiento y su contenido es, en la mayoría de los casos, efímero. Sin embargo, hay una serie de “leyes no escritas” que han conseguido sobrevivir al paso del tiempo, instaurándose como un reflejo del estilo de vida en la red. Aunque la mayoría de los usuarios navegan cada día sin conocerlas, eso no quiere decir que no las cumplan. “Estas reglas describen comportamientos comunes en la web”, explica el divulgador Miguel de Lys en un reel de Instagram, donde reúne a más de 85 mil seguidores.

Hablamos de una serie de normas no oficiales que han surgido, precisamente, a raíz del carácter social propio de su entorno. “Muchas de ellas nacieron en los rincones más anárquicos y caóticos de la red, como 4chan”, prosigue el creador de contenido. Se refiere, en este caso, a “un sitio famoso por su cultura irreverente y su capacidad para generar memes, movimientos y teorías de todo tipo”. En esencia, las Leyes de Internet son una muestra de la manera en que los usuarios interactúan, “especialmente, en foros y redes sociales”.

Cuando Internet no entiende de Ironía

La Ley de Poe

Ahora bien, ¿qué forma toman estas reglas? “La Ley de Poe, por ejemplo, viene a decir que, en Internet, la gente no pilla la ironía, salvo que sea muy evidente”, indica Miguel de Lys. “Esto explica por qué la gente se toma en serio las fake news o las noticias absurdas”. Por lo tanto, parece ser necesario incluir una señal clara de humor, como un emoticono o un guiño, para evitar que alguien confunda un comentario irónico con una opinión genuina. El principal problema llega a la hora de parodiar lo que para algunos podría ser una postura ideológica extrema.

Aunque en un primer momento, la Ley de Poe pueda remitirnos directamente a la figura literaria de Edgar Allan Poe, lo cierto es que este aforismo recibe su nombre de un internauta. Fue Nathan Poe quien formuló la mencionada expresión por primera vez en 2005. Como indican desde la plataforma de informática, smythsys, él lo expresó de la siguiente manera: “Sin un emoticono que guiñe un ojo o alguna muestra clara de humor, es completamente imposible parodiar a un creacionista de tal manera que alguien no lo pueda llegar a confundir con uno de verdad”. Y, aunque parece que todo muere en la red, 20 años después, la Ley de Poe sigue dictando sentencia.

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De las analogías nazis a los ‘fanarts’

Otras leyes no escritas de Internet

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Muchas de estas leyes no escritas definen comportamientos típicos en las redes sociales

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Por supuesto, Internet da para mucho y sus leyes no podían ser menos. Así, existen otras que merecen especial mención. Ejemplo de ello es la Ley de Godwin, también conocida como la regla de las analogías nazis. Se trata de un adagio propuesto por Mike Godwin en 1990 y, como explica Miguel de Lys, establece que, “a medida que una discusión en línea se alarga, la probabilidad de que alguien mencione a los nazis o a Hitler se acerca a uno”. En otras palabras, cuanto más extenso sea un debate en el entorno de la web, más probabilidades hay de que alguien se refiera al nazismo como parte de su argumento.

Asimismo, “la regla 63 plantea que, gracias a los fanarts, por cada personaje masculino existe una versión femenina; y viceversa”; mientras que “la ley de Sturgeon postula que el 90% del contenido en Internet es basura”. Otra de las leyes no escritas más (o menos) famosas es la Ley de Cunningham, según la cual “la mejor manera de obtener respuestas es escribir algo incorrecto”, en lugar de hacer la pregunta correspondiente.

Su aplicación práctica se centra sobre todo en los foros o en las redes sociales; y lo cierto es que, como dice Miguel de Lys, “no podemos evitar corregir a los demás”. Por ello, si un usuario plantea una hipótesis de manera correcta, nadie dirá nada; pero si lo hace mal, recibirá numerosos comentarios para saber cómo se hace. La psicología juega aquí un papel fundamental, que va más allá de la propia condición de internauta.

Lo incorrecto, como imán de lo correcto

La Ley de Cunningham

Imagen de recurso de un teléfono con varias aplicaciones de redes sociales

Imagen de recurso de un teléfono con varias aplicaciones de redes sociales

iStock

La Ley de Cunningham recibe este nombre en honor a Ward Cunningham, un informático y programador estadounidense; y su explicación es muy sencilla: “¿No te ha pasado que una simple falta de ortografía u otro pequeño defecto en la escritura llama la atención, incluso más que el propio contenido global?”, plantea el profesor de economía y transformación creativa Francisco Torreblanca en su blog. Así es “cómo lo incorrecto actúa como imán de lo correcto”.

Finalmente, Miguel de Lys menciona otras dos leyes, esta vez en torno a los incesantes debates de Internet. Por un lado, “la Ley de Pomer establece que cualquier crítica sobre el tono de una discusión, será tomada como más agresiva que la propia discusión original”; y, por otro lado, “la ley de Danz afirma que, si en una discusión, alguien insiste en que ha ganado, probablemente, ha perdido”.

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