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Jonathan Haidt, psicólogo: “Debería haber colegios libres de móviles, de forma que los niños puedan llevar el teléfono, guardarlo por la mañana y recuperarlo por la tarde”

Educación digital

Jonathan Haidt, psicólogo especializado en la infancia y la adolescencia)

Leigh Vogel / Getty

El impacto de las redes sociales en la vida diaria de las personas es innegable. A pesar de su utilidad, existe cierta preocupación cuando los usuarios son menores de edad. En este sentido, hay que tener en cuenta que la presencia constante de un teléfono móvil en la vida de niños y adolescentes no solo condiciona su manera de relacionarse, sino que también introduce presiones sociales, distracciones y una exposición temprana a contenidos para los que, en muchos casos, no están preparados.

Por ese motivo, una adecuada educación digital es clave para fomentar el uso saludable de la tecnología; algo que debe comenzar en casa y extenderse al entorno escolar. Sobre este asunto, son numerosos los expertos que advierten de los efectos negativos del uso excesivo de pantallas; y, desde el Congreso de los Diputados, se ha dado luz verde al proyecto de ‘Ley Orgánica para la protección de las personas menores de edad en los entornos digitales’.

Uso de las redes sociales en menores de edad

Colegios libres de móviles

En una entrevista para MS Now, el psicólogo Jonathan Haidt enumera cuatro reglas fundamentales para el bienestar de nuestros hijos en relación con la tecnología. “La primera de ellas es no utilizar teléfonos inteligentes hasta la secundaria. Puedes darles un teléfono plegable antes”, explica. Se trata de una medida que cuenta con bastante apoyo por parte de otras voces expertas en la materia. De hecho, el proyecto de ley establece los 16 años como edad recomendada para regalar el primer smartphone.

“La segunda es no usar redes sociales hasta los 16 años”, prosigue Haidt. “La tercera es que debería haber colegios libres de móviles, de forma que los niños puedan llevar el teléfono, guardarlo por la mañana y recuperarlo por la tarde”. Se trata de una solución intermedia, que no prohíbe la tecnología, pero sí protege el bienestar de los estudiantes, mejorando su concentración, evitando situaciones de estrés y reduciendo una de las prácticas más preocupantes: el ciberbullying.

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El papel de los colegios en la educación digital

Además, es importante que los espacios de aprendizaje aborden de una manera muy cuidadosa el uso de las redes sociales. En palabras de Ricard Martínez, profesor de Derecho Constitucional de la Universitat de Valencia, “cuando el centro escolar expone a los menores en internet genera riesgos”. Es decir, “un depredador podría capturar las imágenes y utilizar buscadores especializados para localizar niños en redes sociales y contactarles”. Asimismo, el experto cuestiona que se promueva “una concienciación positiva y un hábito de uso y consumo. Si la escuela es activa en redes y comparte a sus estudiantes, carece de sentido argumentar que supongan un riesgo”.

Por último, Jonathan Haidt expone que la cuarta norma es destinar “más juego libre, independencia y responsabilidad en el mundo real”; algo que está perdiendo fuerza en detrimento de la continua exposición a las pantallas. “Tenemos que devolverles a los niños una infancia humana en el mundo real”, concluye.