La mitad de la población será miope en 2050. Estos datos de la OMS dejan claro que estamos ante un problema mundial que debemos atajar, y sin embargo parece que vayamos a la contra. La asociación entre uso de pantallas y riesgo de miopía es cada vez más evidente, y ante cada vez más impulsos por parte de móviles, televisiones y un largo etcétera, lo único que podemos hacer es protegernos a nosotros mismos.
Pero ¿qué podemos hacer realmente para proteger nuestra vista ante el largo scroll del móvil en el que pasamos el día? Aunque nada sea concluyente, existen algunos trucos clave para atajar este problema. Os los dejamos a continuación:

Ajusta el brillo según la luz real, no según tu intuición
Tu vista no trabaja en solitario, sino que negocia constantemente con la iluminación del entorno. “El factor más importante para la comodidad visual es equilibrar el brillo del dispositivo con la iluminación del entorno”, cuentan desde el TFOS. Pero ¿cómo podemos regularlo correctamente?
La regla es clara: si la habitación está muy iluminada, sube el brillo; si está tenue, bájalo. El objetivo es evitar el “shock lumínico” que fatiga, reseca y hace que entornes los ojos sin darte cuenta. Un truco clave es el reflejo. Coloca tu mano frente a la pantalla de tu móvil. ¿Ves un reflejo excesivo? Demasiado brillo. ¿La pantalla parece gris? Brillo insuficiente.

La distancia mínima no es un capricho: 40 cm para móvil, 50–60 cm para ordenador
El músculo ocular se comporta como un objetivo de cámara: cuanto más cerca está la pantalla, más esfuerzo debe hacer para mantener el enfoque. Visualízalo así: en móvil, un antebrazo de distancia (unos 40 cm); en ordenador, medio brazo más (50–60 cm).

La pantalla a la altura de tus ojos, ni un centímetro menos
Cuando la pantalla está baja, tu cuello compensa. Cuando está alta, tus hombros protestan. Y en ambos casos, tus ojos pagan parte del precio. La forma más práctica de corregirlo es haciendo que la parte superior de la pantalla esté alineada con tus ojos. Además, evita mirar hacia abajo durante horas, el clásico error del portátil. Este simple cambio reduce estrés cervical y mejora la estabilidad visual.

La regla 20-20-20, el respiro visual que de verdad funciona
Cada 20 minutos, mira 20 segundos a un objeto a 6 metros de distancia. Un estudio en Contact Lens and Anterior Eye (2023) confirma que este truco reduce la fatiga y la sequedad. Un truco: cada vez que cambies de pestaña, respira y levanta la vista. Tu sistema visual te lo agradecerá más que cualquier filtro.

Evita la oscuridad total y también la luz directa
El ojo humano sufre en los extremos. Trabajar en un cuarto totalmente oscuro multiplica la fatiga. Trabajar bajo una lámpara que cae de lleno sobre la pantalla, también. Lo ideal es una luz suave e indirecta, de fondo, que acompañe a la pantalla sin competir con ella.


