Después de permanecer durante años en un segundo plano, Donkey Kong vuelve a ocupar un lugar central en el universo de Nintendo con Donkey Kong Bananza, lanzado el 17 de julio. La nueva entrega marca su regreso a la acción en 3D por primera vez en más de dos décadas y se trata del segundo título original para Switch 2 que lanza la compañía japonesa.
El título promete ser mucho más que un simple homenaje a sus raíces: se presenta como una superproducción que coloca al icónico gorila al nivel de franquicias como Mario Bros. y The Legend of Zelda, con una narrativa original, mundo abierto y mecánicas renovadas que explotan al máximo el nuevo hardware de la consola.
De hecho, el mundo abierto es una de las características que más llama la atención de Donkey Kong Bananza. Nintendo está apostando por esta mecánica, como ya hemos visto en Mario Kart World, y sigue la tendencia que tanto éxito le ha otorgado a otros muchos videojuegos.
Así, gracias a la incansable energía del gorila, podrás destruir —casi— todo lo que encuentres a tu paso, en cualquier dirección. Sin embargo, hay algunas limitaciones representadas, como paredes metálicas que DK no será capaz de destruir, mientras que habrá otras para las que necesitarás tirar de maña, no solo de puños.
Los nuevos retos de Nintendo
Animar un mundo abierto es una jungla
Donkey Kong Bananza saca el máximo partido a Switch 2 y los 60 FPS son una gozada de ver al ir machacando los diversos elementos. Pedro Solís García, director de animación y ganador de dos Premios Goya, destaca que al realizar la animación de un mundo abierto “es muy complicado que todo sea fluido, que no haya saltos entre animaciones”.
A nivel técnico, es consciente del “trabajo que conlleva” y asegura que este título está bien “pulido”. Juan Jesús García Galocha ‘Galo’, compañero de profesión de Solís, concuerda con él: “Meter tanta destrucción supone cálculos de física, está repleto de efectos y se ve muy fluido”.
Ambos, que han sido invitados por Nintendo para probar el título en primicia, son conscientes de que las similitudes entre juegos y cine son cada vez mayores. “Los personajes tienen una animación muy elaborada”, apunta Galo, quien destaca positivamente la jugabilidad, pues “el control no se resiente”. A nivel técnico, Solís resalta que “cada vez los gráficos de los videojuegos se parecen más a los que nosotros conseguimos en las películas”.
Todo empieza en el momento en que pulsas el botón
Los desarrolladores de esta nueva entrega han estado pendientes de cada detalle, pero hay un movimiento que predomina por encima del resto: los puñetazos. “Todo empieza en el momento en que pulsas el botón”, explicó el productor Kenta Motokura a Rolling Stone, “esa capacidad de respuesta fue algo que consideramos bastante”. Al tratarse de una acción repetitiva, “conviene tener cierta variación”, ya que el objetivo principal de Donkey Kong Bananza es romper a base de golpes, por lo que el primero “será un poco diferente del siguiente” y los sucesivos serán “más rápidos”.
La historia cuenta con una pluralidad de escenarios que afectan a los propios materiales con los que el gorila puede experimentar. No es lo mismo romper piedras en un pasto primaveral que en la nieve, y ahí es donde entra la importancia de los vóxeles. Este es el elemento básico para iniciar las animaciones, ya que cumplen la misma función del píxel pero en 3D. Esta tecnología ya la utilizó el equipo de desarrolladores para Super Mario Odyssey.

Imagen del videojuego 'Donkey Kong Bananza'.
Del jazz a las castañuelas
Así suena 'Donkey Kong Bananza'
La música tiene un gran protagonismo en esta historia. El regreso de Pauline está marcado por sus canciones, que ayudan a DK a transformarse para gozar de diferentes poderes. Cada una de estas transformaciones, llamadas ‘Bananzas’, cuenta con su banda sonora particular.
“Nintendo ha sido conocedor de esa gran ventaja que tiene frente al resto de desarrolladores de videojuegos que es la música”, explica Necko Vidal, violinista y creador de contenido de temática musical, “han cogido esta gran habilidad que tienen y la han llevado a otro nivel, han hecho algo increíble y la han jugado como el elemento principal”. Desde jazz hasta ritmos latinos, pasando por elementos arábigos, las Bananzas exploran diferentes géneros musicales. El más comentado desde la presentación del videojuego es la cebra, que cuenta con castañuelas y guitarras que recuerdan al folklore español.

Imagen del videojuego 'Donkey Kong Bananza'.
Una buena banda sonora cambia por completo la experiencia de juego: “Es un elemento muy dinámico a la hora de estar jugando, porque cuando estás muy atascado en un nivel, tener la misma música todo el rato puede estancar un poco”, afirma Vidal. “El hecho de que haya cambios musicales lo hace muy dinámico y muy divertido”, continúa.
Con Donkey Kong Bananza, Nintendo no solo recupera a uno de sus personajes más icónicos, sino que lo eleva a una nueva categoría. El entusiasmo de los desarrolladores y el mimo puesto en cada apartado —desde la animación al diseño sonoro— confirman que esta nueva aventura en 3D marca el comienzo de una nueva era para el personaje. Con el salto generacional que supone Nintendo Switch 2, el gorila más querido del videojuego ya no es solo una leyenda del pasado: es uno de los pilares del presente de la compañía.