Escuchando ayer a Donald Trump se puede obtener la conclusión de que el presidente estadounidense va a liderar en este nuevo mandato una restauración de antiguos valores que han sido superados por los cambios sociales experimentados en los últimos años. Algo así como una Contrarreforma, como la que puso en marcha la Iglesia católica en los siglos XVI y XVII ante la revolución protestante llevada a cabo por el teólogo Martín Lutero.
Con un lenguaje asertivo y muy directo, Trump dispuso, entre otras muchas cosas, que a partir de ahora solo habrá dos géneros –masculino y femenino–, se impedirá la llegada de inmigrantes, se acabará la censura, se readmitirá a los soldados que no se quisieron vacunar por la covid o se impondrán aranceles a los productos del exterior “para que se enriquezcan nuestros ciudadanos”.
Mensajes simples con un único fin: construir una nueva Arcadia feliz, donde Estados Unidos “volverá a ser admirado y respetado de nuevo” y se pondrá punto final “al declive” del país. Fue un discurso deslavazado en el que mezcló citas al activista de derechos civiles Martin Luther King –poco tienen en común– con afirmaciones gratuitas como decir que va a cambiar el nombre del golfo de México por el golfo de América. En relación con el país vecino, declaró la emergencia nacional en la frontera sur con México.
Gesto de triunfo de Donald Trump tras su toma de posesión )
Trump estuvo rodeado de muchos de sus futuros colaboradores, que no dejaron de interrumpirle para aplaudirle fervorosamente. Parecía un mitin de campaña, especialmente en algún momento dado, como cuando dijo que llevaría la bandera de EE.UU. a Marte y provocó el entusiasmo de Elon Musk, que va a hacer el negocio de su vida.
No dejaba de resultar chocante que en el mismo escenario del Capitolio, donde hace cuatro años intentaron dar un golpe de Estado, los partidarios de Trump celebraran ayer de forma pacífica y democrática la victoria de su líder. Así lo han querido los electores de forma clara, y al resto del mundo solo le queda prepararse para ver hasta qué punto le va a afectar la Contrarreforma anunciada ayer.