Frío en la ola de calor

LA VIDA LENTA

Frío en la ola de calor
Senior Editor

Dicen que hoy es uno de los días más calurosos del verano y me muero de frío. Escribo esta columna envuelta en una chaqueta de punto y con la piel de gallina. Y no estoy de vacaciones en ningún país nórdico, sino en una Barcelona tórrida con turistas sudando la gota gorda en la Sagrada Família o descendiendo enrojecidos por una Rambla más caótica de lo habitual debido a las obras. Los veo pasar desde la cafetería donde me encuentro con un café con leche que se enfriará más rápido de lo habitual. Antes de que se me congelen los dedos de las manos (los de los pies hace rato que no los noto), lanzo esta pregunta tan recurrente: ¿Es necesario que los aires acondicionados estén tan bajos?

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Ana Escobar / EFE

El debate de la temperatura de los climatizadores se ha convertido desde hace tiempo en uno de esos temas estrella de ascensor. Hablamos tanto sobre ello que incluso aburre, pero la problemática persiste en todas partes. Los expertos aconsejan que los aparatos se sitúen como máximo entre seis y ocho grados por debajo de la temperatura ambiente para evitar un choque térmico. No es nada habitual que el cuerpo llegue a tal extremo, pero los resfriados y los dolores de garganta sí están a la orden del día. Algo de fresco se agradece, por supuesto, pero con mesura, por nuestro propio bien y para mitigar algo el impacto sobre el medio ambiente.

Algo de fresco se agradece, por supuesto, pero con mesura, por nuestro propio bien

Le pregunto al camarero. Amablemente me indica que la temperatura del local es de unos 20ºC, es decir, como si estuviésemos en mayo u octubre. Sus palabras se confunden con la música animada que suena. Este es otro tema de debate, como lo ha recogido esta semana la periodista Laura Conde en el canal Comer de Guyana Guardian . “¿Quién escoge la música en los restaurantes y por qué?”, se pregunta ante la falta habitual de acierto. Incluso podríamos plantearnos: ¿No es mejor que suene solamente la usual Sinfonía para cafetera, cucharas y conversaciones en do mayor ?

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Ni hacen falta playlists de dudoso gusto que ahogan la propia melodía de los locales ni convertir Barcelona en Groenlandia. Con el café con leche ya helado, ¡cómo necesito lanzarme al calor del verano! Aunque luego eche en falta algo de frescor… pero para nada la temperatura glacial de muchos establecimientos, oficinas y transportes públicos. Seamos razonables.

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