Los catalanes celebramos hoy la Diada Nacional en una atmósfera de forzada normalidad después de los intensos años del procés . Los sectores independentistas, que llegaron a ser mayoritarios en su día, pusieron tantas energías e ilusiones en esta jornada a partir del 2012 que es lógico que anide hoy en su ánimo un cierto grado de frustración. La Diada se politizó tanto en aquellos años reivindicativos que ahora parece que la fiesta haya perdido parte de su interés. Y se vuelve a los debates habituales en los años previos al procés sobre el sentido de la celebración de esta fiesta.
El monumento a Rafael Casanovas tras las ofrendas florales realizadas en la Diada de l2023
Claro que hay que celebrar la Diada. Y que cada cual la disfrute como quiera. Nuestro diario apuesta en su editorial de hoy por poner todo el esfuerzo en “mejorar la convivencia y el bienestar colectivo de Catalunya” y “no empeñarse en alcanzar objetivos inalcanzables” como en estos últimos años. Creemos que no todo termina en lograr o no la independencia. Quien quiera celebrar hoy su catalanidad lo puede y lo debe hacer sin necesidad de caer en el pesimismo. Y quien quiera reclamar hoy que Catalunya sea un futuro Estado europeo tiene toda la legitimidad democrática para hacerlo. Es la ventaja de vivir en un país donde aún no se han prohibido los partidos independentistas. En este sentido, otro año más, miles de manifestantes volverán a participar hoy en la tradicional concentración de la Diada. Es posible que siga la tendencia decreciente de manifestantes de los últimos años, pero su número seguirá siendo importante y no puede ser ninguneado.
Es un día también para defender la lengua catalana, que como apuntan todos los datos, sufre un importante retroceso en su uso. El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya tuvo a bien, ayer, víspera de la Diada, dar a conocer un auto que anula parte de un decreto de la Generalitat para blindar el uso del catalán como lengua vehicular en las escuelas. Seguramente la elección del día fue pura casualidad. A esta larga batalla le queda aún un capítulo en el Constitucional. De momento, el president Salvador Illa anunció ayer que recurrirá este auto y nada va a cambiar. El castellano también tiene sus derechos, pero no puede ser a costa de agravar la situación del catalán. ¡Feliz Diada!