El Gobierno vela por los simios

Lo último que me esperaba del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 es que esté preparando una normativa “pionera a nivel mundial” para dignificar y reconocer derechos a los grandes simios, entre los que, modestia aparte, me incluyo a ratos.

Según el propio ministerio, se trata de garantizar “la protección de la dignidad, el derecho a la vida y a la libertad y la no tortura” de orangutanes, chimpancés, bonobos y gorilas.

International Animal Rescue Indonesia (IAR Indonesia)

 

HERIBERTUS

Yo estoy muy a favor de preservar la dignidad de los socios del Barça, de los solteros desamparados y de los chimpancés. La dignidad nos hace personas, digo simios, y sería fantástico que nadie vaya por el mundo faltando al respeto a los grandes simios o difamándolos sexualmente, por no hablar de la gente ignorante que se acerca a un gorila en la selva y lo estigmatiza con frases hirientes tal que “Josefina, no te arrimes tanto al gorila que tienen mala ­leche”.

El Ministerio de Derechos Sociales quiere dignificar a gorilas y chimpancés

Además de simpáticos, los grandes simios rebosan humanidad, me recuerdan a Donald Trump cuando está eufórico y serían mi animal de compañía si no fuese porque nos pelearíamos por el sofá, el mando de la tele y la atención de alguna señora. Todo lo que sea darles derechos es acierto del Gobierno, aunque me asalta la duda de si los grandes simios son grandes machistas, en cuyo caso estaríamos ante otra contradicción de los tiempos.

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Confieso mi ignorancia: suponía que el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 se dedicaba a fomentar el consumo de garbanzos de Fuentesaúco, a evitar tocomochos telefónicos y a exaltar que en el 2030 seremos cinco años mayores, hito ilusionante. La noticia de que el ministerio vela también por los grandes simios me llena de orgullo hispano y alivio redentor porque de niño lancé un chicle masticado a un chimpancé en el zoo de Barcelona y le reía todas las gracias a Copito de Nieve, pionero del trumpismo, blanco como Sergio Ramos y follonero como pocos.

Y hablando de zoos: ¿no querrá el ministerio desalojar a los grandes simios y obligarnos a viajar a la sabana africana para decirles lo bien que nos caen?

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