La huella del olvido en el aeródromo de Navaseca

Las Fotos de los Lectores

Los restos de esta antigua instalación estratégica están hoy ocultos por la densa vegetación y las flores silvestres, ilustrando cómo el monte reclama su terreno a los vestigios del conflicto de la Guerra Civil española

Ampliar Oculta por la densa vegetación y las flores silvestres, ilustrando cómo el monte reclama su terreno a los vestigios del conflicto de la Guerra Civil española.

La huella del olvido en el aeródromo republicano de Navaseca.

José Antonio López

* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia

Las fotografías de este reportaje en Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia nos sitúan en Monteagudo de las Salinas (Cuenca). No son meros paisajes, sino reveladores testimonios visuales de un pasado bélico y hoy olvidado. 

Nos muestran los vestigios del Aeródromo Republicano de Navaseca, una instalación estratégica de la Guerra Civil española, que el paso de los años ha dejado a merced de la imparable acción de la naturaleza.

Ampliar Boca de un refugio republicano en Monteagudo de las Salinas. Esta entrada abovedada de hormigón y ladrillo es uno de los vestigios del Aeródromo de Navaseca.

Boca de un refugio republicano en Monteagudo de las Salinas. Esta entrada abovedada de hormigón y ladrillo es uno de los vestigios del Aeródromo de Navaseca.

José Antonio López

Al observar estas instantáneas, el contraste entre el pasado y el presente es evidente. En su época de máximo apogeo, durante el conflicto, estas estructuras militares habrían estado meticulosamente limpias, despejadas y en perfecto estado de mantenimiento. 

Los alrededores inmediatos de los refugios y del campo de aviación habrían sido periódicamente desbrozados para asegurar la visibilidad, la operatividad y la seguridad del personal y las aeronaves. No habría maleza ni vegetación alta obstaculizando sus entradas o cubriendo sus formas. 

Ampliar Entrada al un refugio republicano en Monteagudo de las Salinas, Cuenca.

Entrada al un refugio republicano en Monteagudo de las Salinas, Cuenca.

José Antonio López

Hoy, sin embargo, la escena es radicalmente distinta. Las imágenes nos permiten apreciar la crudeza de lo que queda de estas fortificaciones. Observamos las bocas de los refugios perimetrales, construidas con una robustez de hormigón y ladrillo pensada para resistir los embates de los bombardeos. Algunas aún mantienen su forma abovedada, aunque ahora se encuentran semi-ocultas y engullidas por la maleza y los pinos que las rodean. 

La vegetación densa y las flores silvestres crecen sin reparo, cubriendo sus flancos y mezclados con los materiales de construcción, haciendo que se fundan completamente con el entorno circundante debido a la falta de uso y mantenimiento durante casi 85 años.

Observamos las bocas de los refugios perimetrales, construidas con una robustez de hormigón y ladrillo pensada para resistir los embates de los bombardeos

Una de las fotografías nos sumerge en las entrañas del gran túnel principal, revelando una estructura subterránea impresionante. La vista hacia su interior oscuro y profundo, con sus paredes de ladrillo y piedra, nos permite intuir la escala de la protección que ofrecía a la tropa. Aunque protegido bajo tierra, incluso este refugio principal muestra signos de abandono, con escombros y el deterioro inherente al paso del tiempo sin el cuidado humano. 

Ampliar El túnel principal del aeródromo de Monteagudo, una imponente estructura subterránea de 300 metros construida por las fuerzas republicanas para protegerse de los bombardeos

El túnel principal del aeródromo de Monteagudo, una imponente estructura subterránea de 300 metros construida por las fuerzas republicanas para protegerse de los bombardeos

José Antonio López

Otras imágenes, quizás las más elocuentes, capturan la batalla silenciosa entre la obra humana y la fuerza imparable de la naturaleza. Vemos cómo algunas estructuras defensivas menores, como pequeños búnkeres o muros de contención, están ya parcialmente colapsadas y casi sepultadas por la tierra y la vegetación. El paisaje las ha asimilado, convirtiéndolas en meros montículos cubiertos de vida. 

Ampliar Restos del Aeródromo Republicano de Monteagudo de las Salinas, que el monte reclama.

Restos del Aeródromo Republicano de Monteagudo de las Salinas, que el monte reclama.

José Antonio López

Frases como “el monte reclama su terreno” cobran pleno sentido al observar cómo el entorno natural recupera, palmo a palmo, lo que un día le fue arrebatado para fines bélicos.

En conjunto, estas imágenes son un poderoso recordatorio de un capítulo olvidado de nuestra historia. Son la memoria tangible del esfuerzo republicano en la retaguardia, ahora reducidos a meros hitos que la naturaleza ha ido reconquistando, invitando a la reflexión sobre el inexorable paso del tiempo y el legado de la guerra en la España rural.

Ampliar Oculta por la densa vegetación y las flores silvestres, ilustrando cómo el monte reclama su terreno a los vestigios del conflicto de la Guerra Civil española.

Oculta por la densa vegetación y las flores silvestres, ilustrando cómo el monte reclama su terreno a los vestigios del conflicto de la Guerra Civil española.

José Antonio López
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