Buenos días,
En La Vanguardia tenemos una especial obsesión por hacer un periodismo constructivo, es decir, tratamos de buscar soluciones y aportar ideas a aquellas carencias o problemas que afectan a la sociedad y no limitarnos a mencionarlos sin más. Pero es cierto que la opinión pública centra más la atención cuando las cosas se tuercen que cuando todo va bien. Así, por ejemplo, el debate energético solo ha emergido cuando la guerra de Ucrania provocó las carencias de gas ruso y ahora, hace un mes, con el fatídico apagón del 28 de mayo que dejó desconectada a toda España. Sobre este fiasco y a la espera de que las distintas investigaciones oficiales hallen la causa que motivó el apagón, les dejo aquí la interesante entrevista que la presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor, concedió a nuestro diario.
El fallo en nuestro sistema eléctrico ha puesto la luz sobre las renovables. Y quizás es bueno que nos detengamos un día y nos felicitemos de algo que en España no es que vaya bien, no, es que va muy bien. Cuando vemos que la economía española crece por encima de la media europea y la OCDE la valora como la que más ha aumentado, no todo se lo debemos al aumento del consumo y al turismo. Algo seguramente tiene que ver que España puede ofrecer hoy una energía mucho más barata que otros países europeos para que se instalen sus industrias. Y ello es gracias al impulso de las renovables que ofrecen electricidad a un coste mucho menor. Este sábado publicamos un estudio de CaixaBank Research, que señalaba que mientras en 2018 los costes de la electricidad de la industria española eran un 31% superiores a los de sus socios europeos, hoy la situación ha dado un vuelco radical y la energía española en su conjunto es un 20,9% más barata. En estos últimos años las fuentes renovables han pasado del 45% al 65% del total.
España tiene la ventaja de aprovechar su elevado nivel de radiación solar y su potencia eólica, así como las grandes extensiones de terreno despobladas. Pero esto no hubiera sido suficiente sino hubiera existido también un acuerdo entre el sector público y el privado para hacer esta apuesta desde los años noventa. Y destacar especialmente el apoyo del sector financiero que no dudó en avalar muchas de estas inversiones. El resultado final ha sido beneficioso para todos y España tiene hoy unas empresas que son campeonas mundiales en su sector con inversiones en medio mundo. Sin ir más lejos, este pasado viernes, Iberdrola celebraba junta general de accionistas con la noticia de que habían superado por primera vez en la historia los 100.000 millones de euros en capitalización bursátil.

Instalaciones de energía solar en Aragón
Ciertamente nuestro país llegó tarde a la primera y a la segunda revolución industrial, pero ahora tiene una inmensa oportunidad de liderar la gran revolución de las energías verdes. El Gobierno tiene un plan para disponer de un mix cada vez con mayor presencia de energías alternativas como la fotovoltaica, la eólica, el biogás, la biomasa y los biocombustibles. El objetivo está plasmado en lo que se llama el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que pretende llegar al 2030 con una energía renovable que ocupe hasta el 82% del total. Otro estudio, en este caso del BBVA Research, decía que si esto fuera así los precios aún se reducirían un 20% adicional más.
La gran ventaja que tiene España frente a sus competidores es que ha llegado antes. Es difícil que otros países europeos puedan alcanzar similares cuotas en el corto plazo, al margen de que sus condiciones climatológicas son diferentes. La apuesta de Francia, por ejemplo, es la energía nuclear que representa el 72% de su mix energético y Alemania aún sigue dependiendo en demasía del carbón, en un 25%. Mientras en muchos lugares de Europa quieren copiar ahora el modelo español, nuestro país ya puede ofrecer esta energía más barata y aprovechar su filón.
Otro argumento favorable para España son los contratos de compra de energía denominados PPA (Power Purchase Agreement, por sus siglas en inglés) para garantizar la estabilidad de precios y fomentar la inversión en renovables. Un PPA es un contrato de compraventa de energía a largo plazo entre un productor de energía y un consumidor, típicamente una empresa o institución que necesita grandes cantidades de electricidad. Este contrato establece un precio fijo o indexado para la energía que se suministra durante un periodo de tiempo determinado, a menudo entre 5 y 20 años. Este tipo de contrato proporciona estabilidad financiera tanto al productor, que asegura ingresos constantes, como al comprador, que obtiene energía a un precio predecible. ¿Saben quién es la líder mundial en este tipo de contratos? España.

Firma del acuerdo para el pryecto de CATL y Stellantis
Así se entienden las grandes inversiones previstas en estos próximos años de las industrias de datos, fomentadas por el auge de la inteligencia artificial. Este domingo les explicábamos el macroproyecto de una gigafactoría que la empresa china CATL y Stellantis están planteando construir en Figueruelas (Zaragoza). Aragón tendrá el mayor desembarco de trabajadores extranjeros de su historia reciente con la llegada de entre 1.500 y 2.000 trabajadores chinos. El megaproyecto alcanza los 4.100 millones de euros. Microsoft tiene previsto invertir otros 6.500 millones de euros también en Aragón y otros 1.600 en la Comunidad de Madrid. El Consejo de Ministros aprobó recientemente una ley de industria y autonomía estratégica para fomentar estas nuevas tecnologías, con la intención de atraer más inversiones y retenerlas.
La voluntad del Gobierno por seguir apostando por las renovables es clarísima, pero también es cierto que tiene muchos costes. La transición para integrar las renovables y garantizar la movilidad eléctrica y eficiencia energética del resto supone una inversión de más de 300.000 millones de euros.
Asimismo, existen voces muy autorizadas que creen que, a pesar de sus enormes posibilidades, es un error centrarse únicamente en las energías renovables. En este sentido vale la pena escuchar voces como las del presidente de Repsol, Josu Jon Imaz, que este viernes defendía la estrategia que sigue su empresa para afrontar los cambios energéticos con sentido común: “Necesitamos una transición inteligente, ya que una transición ideologizada nos lleva a tomar malas decisiones”. Un problema es que crece la oferta de renovables, pero no la demanda que está frenada. Es necesario electrificar sectores del transporte y de la industria pesada, algo que no es fácil en el terreno de los fertilizantes, la siderurgia, el cemento. Y una última derivada a tener en cuenta es la falta de transporte para aprovechar mejor toda la energía renovable y distribuirla por el territorio.
Y es que en España una gran dependencia de las renovables puede generar algún problema en el consumo, como sucedió en determinados episodios el año pasado con poco sol, poco viento y escasez de agua. Esto es lo que ha provocado que se anime el debate de la energía nuclear, tal y como ya explicamos en otro boletín. Una tercera alternativa sería triplicar la producción de las plantas de gas y aquí es donde emerge el hidrógeno verde como una opción muy seria. Es una materia prima no contaminante y con muchas posibilidades de crecimiento en España, por la climatología, por tener zonas despobladas y muchos kilómetros de costa para poder transportar la energía por barco.

Sara Aagesen, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, es una firme defensora de las renovables, pero también ha repetido siempre que las centrales nucleares no se cerrarán si no hay garantía de suministro, tal y como dijo en una entrevista a La Vanguardia.
El debate es apasionante y mucho más después del fallo del sistema eléctrico. Pero una cosa está clara y vale la pena aclararla: las renovables están ayudando al crecimiento de la economía española y la colaboración público-privada ha sido un éxito. Ojalá este consenso se practique en las decisiones trascendentes que España debe tomar en los próximos meses. Ya que parece que no va a haber ningún tipo de acuerdo entre Gobierno y oposición, al menos, que funcione el sentido común entre la Administración y las empresas punteras de nuestra economía.
Las recomendaciones del director
Como cada lunes, les dejo aquí mis recomendaciones de esta última semana que no se pueden perder:
- Una manera de entender rápida y fácilmente la opa del BBVA sobre el Sabadell gracias a un ejercicio de narrativa visual;
- El homenaje que nuestro diario ha hecho al gran Francisco Candel en el centenario de su muerte con dos artículos de Justo Barranco y Joan Esculies;
- Las consecuencias reales de los recortes de Donald Trump con el cierre de la agencia Usaid en un artículo de Josep Corbella y un reportaje en vivo de Xavier Aldekoa desde Chad;
- Un reportaje sobre una realidad angustiante: los hoteles cápsula ya están entre nosotros;
- Una interesante reflexión de Miquel Molina sobre el fallo del Supremo sobre las pinturas de Sijena;
- La escalofriante entrevista a una mujer cuyas hijas murieron asesinadas por su pareja;
- En nuestra habitual cita con los suscriptores una amena conversación con nuestro delegado en Valencia, Salvador Enguix.
Feliz semana.