La cota 46

The situation room

Leyendo la fenomenal e imprescindible novela La vida privada de Piero Garz a de Lide Aguirre venía a mi mente nuevamente la constatación del signo de esta nueva época: la inversión ética y moral. Narcisismo pero fragilidad, fracturas emocionales, laborales y personales de unos españoles que en esta “batalla por las pantallas” (en la que los medios de comunicación son una parte ínfima respecto a las redes sociales) conviven en un mundo que quiere ser blanco o negro. Pero en el que hay momentos para el odio y otros en los que las emociones negativas se transforman en positivas. La política es, de hecho y ante todo, ese viaje perpetuo entre el miedo y la esperanza. Y es en ese claroscuro donde surgen… las oportunidades.

Falta mucho o poco, según se mire, para las generales: técnicamente 19 meses si se agota la legislatura en el 2027 o siete meses si se convocan después de los caucus de la derecha en el 2026. Pero una ley de hierro se impone: si la derecha en su conjunto supera la cota 47 (la suma en porcentaje de PP-Vox), Pedro Sánchez no tiene posibilidad alguna de conformar gobierno. En cambio, una derecha por debajo de la cota 46 volvería a las andadas del 23-J. Se abriría de par en par la posibilidad de bloquear la investidura de la derecha. Cota 47 es la Moncloa para el PP y cota 46 es bloqueo para el PSOE.

Bloquear la investidura de la derecha, por cierto, no es lo mismo que intentar una nueva investidura, y al revés. Sucedió ya el 23-J, antes de que la ley de Amnistía lo desbloquease todo, tras el error estratégico de Feijóo de presentarse a una investidura que tenía perdida de antemano, con el objetivo de absorber a Vox. Cuando España vuelva a votar, la ley de Amnistía será constitucional y Puigdemont estará instalado en Girona. Por tanto, en el caso hipotético de que la derecha no superara la cota 46 en las próximas generales, un nuevo bloqueo gana probabilidades a falta del desbloqueo.

¿Dónde está la cota 46? En dos movimientos fundamentales: primero, en la reducción de las transferencias directas del PSOE a las dos derechas. Si fueran casi a cero, la cota 47 brillaría por su ausencia. En las tablas del último CIS, el PSOE transfiere 300.000 votos al PP y 250.000 votos a Vox; segundo, en la estrategia de la izquierda a la izquierda del PSOE. Piensen que la gran mayoría de las primas de las circunscripciones medianas han cambiando de bloque. En el 2023 fueron a parar mayoritariamente a Sumar, pero hoy lo harían a Vox. Ni el mejor Podemos de la historia, el de diciembre del 2015, estaría en disposición de superar en votos al actual Vox.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso junto al líder del PP, Alberto Núñez-Feijóo José María Aznar Mariano Rajoy Jose Luis Almeida, durante la concentración contra el Gobierno de Pedro Sánchez, por los casos de corrupción que protagonizan José Luis Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán, convocada por el Partido Popular (PP) en el Templo de Debod en Madrid

La concentración del PP en Debod

Si el antiguo espacio de ruptura, a la izquierda del PSOE, no presenta, por tanto, una candidatura competitiva que intente pelear con Vox por la tercera plaza en las circunscripciones medianas y grandes, como acertadamente demanda Gabriel Rufián , dará igual la progresión del PSOE. Sin una candidatura única que rebose, al menos, los tres millones de votos, todo será bilis negra y frustración. Se trata de saber ­leer las virtudes de la Loreg. El epic fail al que se encaminan Sumar y los morados debería acabar. De no suturar esa herida, ese espacio entraría además en campaña sin su propósito: contener o limitar el empuje imparable de Vox y la aritmética de derechas. En el caso de recomponer el error Magariños, 11 circunscripciones bailarían entre Sumar-Podemos y Vox. En otras palabras, sin sutura, Vox arrasa. Con sutura, la cota 46 serían de saque 175 escaños de la derecha.

La política siempre describe círculos. Hace cinco años decidí dejar la política yéndome voluntariamente de la Moncloa. Y se lo confirmamos: no hemos vuelto. ¿Que algunos quisieran? ¡Pero si ni tiempo tenemos! Entonces como ahora, eso sí, seguimos trayendo con profesionalismo el futuro al presente tratando de darles cada semana el mejor análisis independiente para su toma de decisiones. A partir de aquí, como nos gusta decir, hagan ustedes que pase: la cota 46 (la izquierda) o la cota 47 (la derecha) y que gane el mejor. Sin olvidar nunca que esto es una demo­cracia y no una lucha entre “fachas” y “rojos”. Y que alentar, al menos, una vida más libremente gracias a la suya ya es haber triunfado. Como tantas y ­tantas madres y padres con sus hijos. Vuelvan a lo básico: las convicciones. Así es como se combate esta inversión ética y moral de la que hablan los libros de Lide.

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