Hay personas que llevan un control impecable de quién les felicita en fechas señaladas y lo anotan para actuar en consecuencia más adelante. Se trata de un método que siguen con disciplina para recordar a quién deben devolver la atención cuando llegue su momento. En algunos casos, esa lista se convierte en una herramienta fundamental con nombres que sirven de guía para llamadas, mensajes o incluso detalles más elaborados.
En ese grupo encajaría la abuela de Luna Corneli, protagonista de un vídeo en el que se la ve revisando, uno a uno, los mensajes que recibió por su cumpleaños. Según explica su nieta en un texto superpuesto en la grabación, “mi abuela anota a todos los que le saludan para su cumple para tener un registro y después saludarlos cuando es el suyo”. La frase resume una mecánica sencilla: reciprocidad exacta, sin espacio para olvidos.
Cumpleaños
Lo tiene todo apuntado para que no haya errores
En las imágenes aparece sentada, con una libreta a su lado repleta de nombres escritos a mano. Va sumando nuevos apuntes mientras sostiene el bolígrafo. No se trata solo de papel y tinta: también consulta el teléfono, donde parece revisar felicitaciones enviadas por redes sociales. Así completa un archivo mucho más completo.
El vídeo muestra además cómo, para ella, esa tarea forma parte de un hábito cuidado con esmero. Cada nombre registrado implica un compromiso futuro. Si la persona se acordó de felicitarle, tendrá respuesta cuando llegue su día. Si no lo hizo, quedará fuera de la lista.
La escena ha despertado comentarios de usuarios que reconocen ver en esa abuela un método impecable. Algunos han señalado con humor que preferirían no aparecer en esa libreta por miedo a fallar la próxima vez: “No es rencorosa, es memoriosa”. Otros han elogiado la dedicación que implica mantener ese sistema durante años, incluso con la ayuda de herramientas actuales como el móvil.
Entre las reacciones también ha habido quienes recordaban a familiares que aplicaban reglas parecidas, aunque sin apoyarse en dispositivos electrónicos. En todos los casos, la idea de fondo es idéntica: devolver el gesto recibido y no perder el hilo de las relaciones.
En el vídeo, la abuela sonríe mientras escribe otro nombre en su libreta. Quizá en ese momento ya estuviera pensando en el próximo cumpleaños que tendrá que anotar.

